Viaje sonoro a través de la guitarra, bansuri y cuencos tibetanos, dedicado a Urgyen Sangharákshita
La música tiene la capacidad de seducirnos inmediatamente, cuando escuchas tu canción favorita o simplemente una melodía que te agrada quedas hipnotizado y en ese preciso instante, no existe nada más.
El sonido de los cuencos tibetanos, además, producido con la intención adecuada, es capaz de llevar al oyente a estados elevados de paz y armonía, disminuyendo el estrés y la ansiedad así como sanar bloqueos emocionales, problemas óseos, musculares y equilibrar energéticamente tu cuerpo.