Las Tres joyas del Budismo

11En el corazón del budismo se encuentran las Tres Joyas: el Buda, el Dharma y la Sangha. Estos tres pilares son fundamentales para la comprensión y la práctica del budismo. El término "Buda" es un adjetivo que se refiere, en primer lugar, a Siddhartha Gautama, el Buda histórico que alcanzó la iluminación y cuyas enseñanzas forman la base del budismo. Sin embargo, el concepto de Buda también abarca el potencial de iluminación que reside en todos los seres humanos, sugiriendo que el despertar es una posibilidad inherente a cada individuo. El Buda es visto como el maestro original, guía y ejemplo a seguir en el camino hacia la liberación del sufrimiento.

11​El "Dharma" representa las enseñanzas del Buda, la verdad fundamental sobre la naturaleza de la realidad y el camino que conduce a la liberación del sufrimiento. Estas enseñanzas comienzan con las verdades fundamentales que el Buda descubrió durante su búsqueda de la liberación, e incluyen conceptos clave como las Cuatro Nobles Verdades, el Óctuple Sendero y la práctica de la atención plena. El Dharma no es solo un conjunto de doctrinas, sino también la "verdad de cómo son las cosas" presente en cada experiencia. A lo largo de los siglos, el cuerpo de enseñanzas budistas se ha expandido y desarrollado, pero siempre se centra en la comprensión de la realidad y el camino hacia el cese del sufrimiento

La "Sangha" se refiere a la comunidad de practicantes budistas que se apoyan mutuamente en su camino espiritual. Originalmente, este término se refería específicamente a la comunidad monástica de monjes y monjas, pero en la actualidad, especialmente en Occidente, también incluye a la comunidad más amplia de seguidores laicos.

22​La Sangha proporciona un entorno de apoyo e inspiración para aquellos que buscan vivir de acuerdo con las enseñanzas del Buda. En un sentido más amplio, también puede referirse a la "comunidad de todos los seres" a la que todos pertenecemos. Las Tres Joyas, también conocidas como el Triple Gema o los Tres Tesoros, son los pilares centrales de la fe y la práctica budista, considerados como la única fuente de verdadera libertad del sufrimiento.

Las Tres Joyas son veneradas como objetos supremos de refugio y guía espiritual para los practicantes budistas. Tomar refugio en las Tres Joyas significa reconocer el compromiso con las enseñanzas del Buda y el camino hacia el despertar. Estas Joyas ofrecen dirección y apoyo durante los desafíos de la vida, actuando como refugios últimos para aquellos que buscan la liberación del sufrimiento. En un mundo caracterizado por la impermanencia y la dificultad, las Tres Joyas representan recursos preciosos y confiables. El acto de tomar refugio formaliza la dedicación y la fe en el sendero trazado por el Buda. En la tradición tibetana, se consideran objetos supremos de protección contra los sufrimientos inherentes a la existencia cíclica. El término tibetano "Könchok" subraya su naturaleza excepcional, significando "excelencia rara y suprema" en lugar de una simple "joya". Estas Joyas son veneradas como la dirección segura en la vida budista. La repetición constante del acto de tomar refugio enfatiza la importancia fundamental de las Tres Joyas en la vida de los budistas, recordando continuamente la base de su práctica. Además, las Tres Joyas no son meros objetos externos, sino que simbolizan el potencial interior de sabiduría, compasión y atención plena que reside en cada individuo. Por lo tanto, tomar refugio implica confiar en las propias capacidades inherentes para la transformación y la liberación, guiadas por el ejemplo del Buda, sus enseñanzas y la comunidad de practicantes.