Un número amplio de personas que se interesan en la práctica del budismo como resultado de asistir a clases en un Centro Triratna se siente atraído en un principio no por el Budismo como tal, sino por clases de introducción a la meditación.
Otras personas pueden acudir para encontrar los aspectos específicamente Budistas de las actividades por haber asistido a otras actividades, como karate o yoga, o por haber hecho compras en una de las tiendas de Subsistencia Ética. Sin embargo otras personas pueden haber leído algo acerca del budismo en libros antes de llegar a uno de los centros de Triratna. Sea cual sea su forma de acercamiento, si alguien en contacto con Triratna desea llevar su interés por el budismo más allá , el paso siguiente probablemente es el de asistir a una clase de `asiduos' en su Centro local, y lo más seguro es que sea aquí donde encuentren un aspecto de la práctica budista que no hayan experimentado antes, y acerca del cual posiblemente sepan muy poco: el desarrollo y expresión de fe y devoción a través de cantos rituales y pūjā.
El descubrimiento de estas prácticas y la importancia de ellas llega como sorpresa para muchas personas; algunas personas ven que pronto llegan a apreciarlas, pero otros experimentan reacciones adversas que van desde su confusión de cómo ajustar estas prácticas a sus preconcepciones acerca del budismo como un sistema racional, hasta una completa repulsión de toda idea de ritos y devoción.
El objetivo de este artículo es, no solamente explicar el motivo del ritual y devoción en el Budismo, sino de contemplar brevemente algunas de las razones de por qué los Occidentales, sobre todo, experimentan tan frecuentemente unas reacciones adversas iniciales con estas prácticas.
Una comprensión más clara de las fuentes de estas reacciones posiblemente facilitará el camino para poder superarlas, y poder apreciar prácticas devocionales como herramientas valiosas hacia el crecimiento personal.
La principal fuente de reacciones adversas ante las prácticas devocionales yace en frecuentes ideas falsas acerca de los ritos y devoción como tal, y acerca de su naturaleza y propósito en el Budismo. De hecho, es un eufemismo decir que únicamente tenemos que tratar con ideas falsas: sería más aproximado decir que existe en el Occidente hoy por hoy un ambiente general de prejuicio, e, incluso en algunos casos ,hostilidad, frente a la a idea de que ritos y devoción tengan lugar en cualquier sistema religioso siquiera.
Existe un sentimiento de que ritos y devoción y sobretodo los ritos representan un estado de degeneración siempre que se encuentran en alguna de las religiones universales y que tales prácticas aparecen únicamente cuando la verdad original y visión clara de una religión se hayan perdido o oscurecido, y que cosas externas podrían o deben eliminarse por no tener un valor intrínseco.
Por supuesto que se podría discutir que no existe ningún prejuicio extendido contra ritos ni la práctica devocional hoy en día, y que vivimos en una sociedad principalmente seglar, y que únicamente una minoría de personas tiene alguna preocupación por la religión, a no decir con los ritos y prácticas devocionales. No obstante, este argumento no parece confirmarse con la experiencia, al menos en cuanto a la mayoría de la gente que llega a interesarse en la práctica de la meditación y del budismo. Estas personas llegan de orígenes muy variados, religiosos y no-religiosos, y sin embargo hay un porcentaje elevado de reacciones adversas ante el descubrimiento de la presencia de elementos devocionales y rituales en el Budismo.
Así que al parecer estamos tratando con unos prejuicios amplios y profundos, con unas nociones aceptadas que han llegado a formar parte de nuestra herencia cultural que muchos aceptamos sin dar más consideración que la que damos a otras normas generales en los grupos a los cuales pertenecemos. ¿Pero, cuál es la fuente de este prejuicio o por qué muestra tanta gente en el occidente oposición, e incluso enfado cuando encuentra los aspectos devocionales y rituales del Budismo?
Para poder responder a esta pregunta primero tendremos que mirar a cómo llegó a haber un amplio prejuicio ante ritos y devoción en un principio, y en segundo lugar, cómo ha podido este prejuicio dar fuerza a ciertos ideas erróneas acerca del budismo, y en particular acerca de ritos y devoción en el budismo. Para encontrar la fuente de este prejuicio que existe en el occidente sobretodo en el Occidente Protestante, tenemos que volver a contemplar nuestra historia y cultura.
Desde los comienzos de la sociedad humana, por lo que podemos verificar, los rituales han ocupado un lugar determinado en la vida social. Esto puede haber comenzado como un medio de aseverar la identidad de un grupo o tribu, pero esto no quiere decir que no tuviera un aspecto `religioso' en las sociedades primitivas, una tendencia a simplemente no hacer una distinción clara entre los aspectos ‘religiosos' o ‘seglares'. No obstante, la conjunción de lo devocional y ritual señala un nuevo desarrollo superior, y específicamente espiritual, únicamente encontrado donde la sociedad ha alcanzado una etapa de una sofisticación relativa, donde los individuos han alcanzado un grado de auto-concienciación espiritual, y donde las instituciones específicamente ‘religiosas' se han desarrollado. Este era el caso en la Europa medieval. Aquí, como en las etapas más primitivas de la sociedad, ritual y devoción formaban una gran parte de la vida cotidiana y vemos por ejemplo el lugar central que la Misa y otras ceremonias, sacramentos y celebraciones tenían en la vida del pueblo, y también la inmensa devoción popular que se daba a las reliquias de los santos. En este tipo de sociedad, no era necesario explicar el significado de ritual y devoción; su valor espiritual se apreciaba de una manera bastante natural, sin necesidad de pensamiento previo. No obstante, con el desarrollo de la Reforma Protestante, desde el siglo dieciséis, junto con los ataques hacia los varios abusos que habían afectado el cristianismo medieval, comenzaron los principios de lo que se consideraba como `superstición' en la religión, y la demanda por la supuesta ‘sencillez' del temprano cristianismo y esta que la ‘sencillez' implicaba la erradicación de ritual.
Este movimiento ganó fuerza en la parte norte de Europa durante un periodo de dos siglos, y alcanzó su culminación en el siglo dieciocho, con intentos por parte de los teístas y racionalistas en crear una forma de religión enteramente ‘racional' por un lado, y por parte de los evangelistas cristianos en quitar todas las formas rudimentarias de ritual por otro lado. Los efectos de estos dos movimientos barrieron Europa y América; en cuanto al ritual y devoción, los racionalistas hacían que tuviesen intelectualmente mala fama, mientras que los evangelistas los hacían inaceptables en una escala masiva, generando así entre ellos una base de las nociones aceptadas que prevalecen sobre estos asuntos hasta hoy en día.
Además de esto, están los efectos de los grandes intentos de los pensadores seglares, tales como Marx y Freud, de demoler por completo la religión como en el caso de "El Opio del Proletariado", y en el otro caso como una expresión neurótica de deseos sexuales reprimidos. Otros factores que han llevado hacia el prejuicio contra el ritual y la devoción experimentado por gente en el `Occidente Protestante podrían enumerarse, pero aquellos que se han comentado anteriormente son suficientes para mostrar porqué tanta gente encuentra dificultades en aceptar las prácticas de una naturaleza devocional y ritual, las cuales son una parte vital y integral del Budismo. Personas del occidente moderno simplemente se han alienado de estas formas de expresión: no forman parte de las normas de grupos ni de la cultura general, mientras que una desaprobación y menosprecio hacia ellos sí que ha llegado a formar parte de la cultura general.
El menosprecio normalmente se expresa en mirar al ritual y devoción con desprecio, bien sea su manifestación en algún tipo de baile primitivo tribal, una Misa Católica, o alguna forma de pūjā budista. Al no haber practicado ritos y devoción durante cientos de años, al Occidental moderno le parecen pertenecer a una etapa del desarrollo humano que hemos dejado atrás.
¿Cómo pueden cantos primitivos ofrecer algo a la gente moderna? Este tipo de generalización deriva de una incapacidad de poder distinguir entre los ritos de grupos primitivos, magia, chamanismo etc, y las técnicas psico-espirituales de una naturaleza devocional y ritual que se encuentran en sistemas espirituales con un desarrollo superior como por ejemplo el Budismo.