El proyecto espiritual y académico que representa el término Abhidharma es muy ambicioso. Sus orígenes se remontan al pasado intelectual general en cuyo contexto se esforzaron los primeros budistas por expresar su propia visión característica. De todos los sistemas de pensamiento que prevalecían en ese momento se dice que el de la escuela Samkhya de filosofía india era el que en su espíritu se aproximaba más al que desarrolló el Buda. De hecho, puede ser muy significativo que el Buda naciera y creciera en Kapilavastu, la ciudad que se relaciona con el sabio prebudista Kapila, a quien la tradición considera el fundador de la escuela Samkhya.
La palabra Samkhya significa contar, numerar o enumerar. La escuela Samkhya trataba de enumerar los elementos de la existencia de una forma que al parecer prefiguró el posterior análisis mucho más sofisticado y refinado que fue el Abhidharma. Hasta donde sabemos, fueron los filósofos Samkhya los primeros que pensaron en términos de los cinco elementos:
tierra, agua, fuego, aire y espacio; y concibieron a la mente como el sexto sentido. Además distinguieron una especie de supermente. Hay unos sutras Samkhyas muy antiguos (aquí sutra significa “aforismo” y no “discurso”, como es lo habitual en el contexto budista), pero es posible que la enseñanza no estuviera totalmente sistematizada hasta mucho tiempo después del Buda, en una obra que se llamó Samkhyakariká y que se le atribuye a Íshvara Krishna.
Los seguidores de la escuela Samkhya no fueron los únicos filósofos indios de la era temprana que intentaron hacer semejante análisis del universo. Parece que era de lo más común en el pensamiento indio tratar de entender la existencia descomponiéndola en sus partes constituyentes. Encontramos lo mismo en los antiguos griegos, en los textos de Demócrito, por ejemplo. Generalmente, en el pensamiento indio se podría decir que hay dos tendencias principales: una pluralista, que por lo regular se asocia con la tradición no brahmánica, y una tendencia más monista que normalmente se asocia con la tradición brahmánica. Entre las escuelas de pensamiento pluralistas se incluyen la Samkhya, la Abhidharma en sus diversas formas, la Jaina y también la Nyaya-Vaisheshika.
En su Budacharita (un relato de la vida del Buda), Ashvaghosha ofrece una narración muy detallada, aunque no muy clara, de la filosofía Samkhya y representa al Buda refutándola de manera sistemática, lo cual sugiere que existía algún riesgo de confundir al budismo con el pensamiento Samkhya en el tiempo en que lo escribió. Lo cierto es que algunos estudiosos han visto una continuidad entre la escuela Samkhya y la Abhidharma, si bien hay todo tipo de dificultades filosóficas para seguir su rastro. Podría afirmarse que la diferencia
entre ambas es que el análisis Samkhya es más cosmológico que psicológico, mientras que el análisis budista es predominantemente psicológico.
Las clasificaciones del Abhidharma en sí se empezaron a compilar durante un período de varios cientos de años después de la vida del Buda, cuando sus enseñanzas todavía se transmitían de manera oral. En esencia, el Abhidharma empezó como una vasta operación para tener un orden. Durante su vida, el Buda debió de haber dado miles y miles de discursos y respondido a millares de preguntas. A su alrededor había siempre un círculo de discípulos que se aprendían de memoria lo mejor que podían todo lo que él decía. Ellos atesoraron esas enseñanzas, reflexionaron en ellas, se las repetían entre sí y fue de ese modo como guardaron en sus recuerdos lo que el Buda les había enseñado. Cuando ya fueron ancianos transmitieron a sus propios discípulos lo que habían aprendido y éstos, a su vez, lo pasaron también a sus discípulos. Este proceso de transmisión oral continuó por lo menos 400 años y fue así como la enseñanza se preservó para la posteridad.