
La enseñanza del Esfuerzo Correcto se centra en cultivar activamente estados mentales saludables y abandonar los no saludables. No se trata de suprimir pensamientos o emociones, sino de dirigir nuestra energía de manera consciente para fomentar el crecimiento. Piensa en ello como el jardinero de tu propia mente: riegas y nutres las semillas de la bondad y la sabiduría, mientras que suavemente retiras las malas hierbas de la negatividad y la confusión.
Este esfuerzo se manifiesta en cuatro pilares clave:
- Prevenir la aparición de pensamientos negativos: Antes de que las semillas de la ira, el miedo o la envidia echen raíces, el Esfuerzo Correcto nos anima a identificarlas y a desviar nuestra atención de ellas.
- Abandonar los que ya han surgido: Si un pensamiento no saludable ya ha aparecido, la práctica consiste en reconocerlo sin apego y liberarlo suavemente, evitando que se arraigue o se expanda.
- Cultivar pensamientos positivos: Este es el aspecto proactivo del Esfuerzo Correcto. Implica generar intencionalmente pensamientos de amabilidad, compasión, gratitud y alegría.
- Mantenerlos: Una vez que hemos cultivado pensamientos y estados mentales positivos, el esfuerzo se dirige a nutrirlos y sostenerlos, permitiendo que se conviertan en nuestra actitud predominante.
Dirigir nuestra energía mental de esta manera no solo mejora nuestra salud mental y emocional, sino que también nos capacita para responder a los desafíos de la vida con mayor ecuanimidad y sabiduría. Es un acto de autocompasión y autodominio que nos acerca a una vida más plena y consciente.
Práctica para la Vida Cotidiana: Consciencia y Redirección Mental
Hoy, te invitamos a aplicar el Poder del Esfuerzo Correcto en tu día a día con una práctica simple pero poderosa:
Cuando notes que surge un estado mental negativo (como ira, preocupación, celos, frustración o tristeza), tómate un momento para reconocerlo. En lugar de aferrarte a él o dejarte llevar por él, intenta suavemente redirigir tu atención hacia algo más positivo o neutral.
Por ejemplo:
- Si te sientes enojado, puedes centrarte en tu respiración por un momento, o recordar una experiencia reciente que te hizo sentir feliz.
- Si la preocupación te abruma, intenta enumerar mentalmente tres cosas por las que sientes gratitud en este momento.
- Si te encuentras juzgando a alguien, intenta conscientemente enviar un pensamiento de amabilidad o desearle bienestar.
Cultiva conscientemente un pensamiento de gratitud o amabilidad. Observa cómo esta redirección consciente, aunque sutil al principio, puede comenzar a cambiar el panorama de tu mente. ¿Qué pequeña acción consciente podrías tomar hoy para dirigir tu energía mental hacia el bienestar?
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