Desde hace años mi principal fuente de relaciones, actividad y amistades es el Centro Budista de Valencia, ahí es donde paso la mayor parte de mi tiempo. Por supuesto que sigo manteniendo contacto con mis amigos de siempre y unas estupendas relaciones de afecto y apoyo mutuo con mi familia; además a veces voy al cine, a caminar por el río, a cenar a un restaurante, a la playa en verano... pero efectivamente la mayor parte de mi tiempo transcurre haciendo cursos de budismo, facilitando la clase del asiduos, reuniéndome con otros miembros de la orden, charlando con mitras y personas que vienen por el centro, haciendo retiros, estudio sobre budismo y cosas así.

Siendo esta la principal fuente de actividades, relaciones y amistades también es la principal fuente de mi experiencia vital y esto es así desde hace mas de diez años, sí, bastantes mas ¿Que ha significado esto para mi? La primera respuesta que llega a mi cabeza es desde el corazón: Ha significado recibir mucho aprecio y un trato por parte de todas esas personas que vienen por el centro muy positivo y amable, y esto a su vez ha contribuido a que sea una mujer con confianza, optimista, contenta y en general feliz.

También ha contribuido de forma muy significativa a que aumente mi amor y mi reconocimiento del Dharma, su magia y su poder. No solo mi amor y mi reconocimiento del Dharma en términos teóricos, sino y sobre todo en términos de querer realizar el Dharma en mi vida. Podría afirmar que en gran medida mi fuente de inspiración para mantener mi práctica y mi intento de transformarme, es el Centro Budista de Valencia y lo que en él hacemos.

Claro que no todo es miel sobre hojuelas Me doy cuenta que hay como dos partes: por un lado hay todo lo que ocurre como consecuencia de enseñar el dharma a personas que empiezan, a personas asiduas  y mitras, y lo que ocurre es fundamentalmente bello, sencillo y  diría que inocente en el sentido de no contaminado, y sé de forma fehaciente que el responsable máximo de ello es el dharma. Al recibir el dharma las personas responden con amor y yo lo recibo ¡Que  buena suerte!

La otra parte del asunto, en donde ya no todo es miel sobre hojuelas, es cuando los contextos se tornan de mayor confianza, por así decirlo, desde por ejemplo todo el tiempo que asistí a los grupos de mitras cuando yo era mitra hasta el capitulo (Reunión semanal de miembros de la orden de una misma zona) o los fines de semana de la orden. Aquí la experiencia se va deslizando progresivamente desde aquella inocencia y sencillez inicial hacia dejar al descubierto las tendencias, preferencias, hábitos, gustos y disgustos, manías, miedos, envidias, limitaciones....tanto propios como ajenos.

Entonces ¿Que significa para mi estar inmersa en estos contextos? La primera respuesta que llega a mi cabeza es desde el recuerdo de un hexagrama del libro de las mutaciones el I Ching.

"El trabajo en lo echado a perder" 

 Este hexagrama dice así: El significado del signo no es simplemente lo echado a perder sino "lo echado a perder como tarea". Lo que se ha echado a perder por causa humana puede también subsanarse mediante el trabajo humano. Por lo tanto el trabajo destinado al mejoramiento tiene buenas perspectivas....Pero es necesario que uno no se arredre ante el trabajo y el peligro, es necesario atravesar las grandes aguas ...deben conocerse las causas que han conducido a la corrupción, antes de que ésta pueda subsanarse  Luego hay que ocuparse de que todo se encarrile bien por la nueva vía, para evitar una recaída: La indiferencia y la inercia que han conducido al estado de corrupción deben ser reemplazadas por la decisión y la energía, a fin de que un nuevo comienzo pueda suceder a la terminación de tal estado.

El I Ching nos brinda también una imagen: Abajo, al borde de la montaña, sopla el viento: la imagen del echarse a perder. Así el noble  sacude a las gentes y fortalece su espíritu. Al soplar el viento en lo bajo, al borde de la montaña, se ve rechazado y echa a perder las plantas. Esto contiene una exhortación al enmendamiento. Lo mismo ocurre también con las disposiciones de ánimo inferiores, para eliminarlas, el noble ha de renovarse y renovar la sociedad...  El noble ha de eliminar el estancamiento sacudiendo a la opinión pública y fortalecer luego el carácter de la gente, tranquilizándola.

Tal vez os suene un poco raro,  el I Ching es un texto que me fascina, por su antiguo lenguaje, sus imágenes, su simbología y porque muchas veces me dice cosas muy impresionantes y útiles, aunque también hay otras en las que no entiendo nada y aun otras que tras no entender nada de nada y al pasar un poco de tiempo comprendo el significado que antes me pareció oscuro.

 El caso es que esto fue lo que me vino a la mente cuando me pregunté esta mañana ¿Qué significa para mí estar inmersa en estos contextos? ¿Acaso significa que aquel aprecio, aquel trato positivo y  amable, aquella belleza de enseñar el dharma a personas que empiezan se ha perdido? ¿Acaso cuando se profundiza o cuando los contextos son de mayor confianza empezamos a ver las cosas como en verdad son y fin del idilio? ¿A caso es eso?

Yo siento que no y siento que ambas experiencias son muy valiosas. La primera seguramente es obvia para todos: para mí se trata de conectar con los ideales, acariciarlos entre nuestros dedos suavemente, dejar que su belleza nos toque y, como en un dulce sueño, al abrir los ojos sentimos amor, recibimos amor, vemos lo mejor del otro, sacamos lo mejor de nosotros mismos; es vislumbrar la naturaleza no contaminada de la mente; es ver por un momento como pueden ser las cosas, las relaciones etc.

  En la segunda experiencia uno se da cuenta de que trae andado un camino, (bueno a veces te das cuenta de esto pero en los otros - jajaja) tanto de forma individual, como familiar, cultural, generacional, de género, podría incluso añadir aquello del karma; todos traemos andado camino, un camino circular que  ha ido dejando un surco. Algunos surcos son muy profundos otros no tanto y  salir del surco no es tan sencillo. Aquí entra en juego: La tarea en lo echado a perder.

 La sangha mas comprometida es en mi experiencia el terreno en donde  emprender la tarea en lo echado a perder.  No es fácil, no siempre experimento aprecio, no siempre lo doy, a veces no es de mi gusto y yo no soy del suyo, a veces incluso me resulta agotador. Pero si no hubiera en mi mente cosas que trasformar ya estaría iluminada y toda mi experiencia seria clara y de metta, si no es así toca el trabajo en lo echado a perder.

Lo bueno de esta parte, aunque cueste verlo, es que se puede; se puede eliminar el estancamiento del surco, y fortalecer el vislumbre y lo mejor de ti mismo, pero la indiferencia y la inercia deben reemplazarse por decisión y energía. Aceptar esta parte significa pasar de la teoría a la práctica y contribuye a que sea una mujer más integrada y consciente, más veraz y un poquito mas sabia.

Digo todo esto por que a veces me preocupa que los que empiezan con  inocencia y amor  al ver dificultades se desilusionen y pierdan una parte rica de la historia "la trasformación" También lo digo para agradecer todo lo que recibo, lo que me gusta mucho y lo que a veces me resulta difícil.

Salud y Metta

                                Saddhakara