La siguiente charla de Urgyen Sangharákshita fue dada en la Convención Internacional de la Orden Budista Occidental, en agosto de 1999.
He estado aquí en la convención en el Colegio Wymondham durante los últimos diez u once días. He estado en convención, por supuesto, con las Dharmacharinis. Y debo decir que, para mí, estos diez días con tantas Dharmacharinis han sido una experiencia muy feliz y excepcionalmente positiva. Creo que he almorzado o cenado más o menos con ciento cincuenta y seis de ellas, lo cual constituye una de las ventajas de ser el fundador de un movimiento espiritual. Y, según me dicen, he visto de manera individual a un par de docenas de ellas. Fuera de eso, no he hecho mucho con ellas, aparte de haber leído algunos poemas. No obstante, era muy consciente de ellas mientras continuaba con mi trabajo. Eera muy consciente de que ellas estaban meditando, estudiando, realizando su práctica de postración, y haciendo su práctica de meditación yoga kalyana mitra. Era muy consciente de la atmósfera positiva, serena y feliz que se estaba generando; y pienso que los demás miembros de la Orden, los Dharmacharis, son muy afortunados de poder venir, por decirlo así, a una atmósfera preparada.
Así que durante los últimos diez u once días he estado en un mundo bastante distinto, por así decirlo. El otro mundo, el exterior, me ha parecido más bien distante, incluso como un sueño. No he escuchado las noticias, no he leído los periódicos, no he escuchado la radio, así que el mundo exterior me ha parecido más bien diferente, distante, remoto. Aunque, por supuesto, tengo algunos recuerdos de él, algunas memorias de aquel mundo; recuerdo algunas cosas que estaban sucediendo antes de venir aquí, y que sin duda aún están sucediendo. He estado muy al corriente de algunos temas que han estado presentes en la cabeza de la gente, aquí en Gran Bretaña y en otras partes del mundo, y que sin duda aún están ahí. Y de una de las cosas sobre las cuales he estado al corriente, durante bastante tiempo, un año, dos años, tal vez más, es de que la gente en Gran Bretaña, como en cualquier otro lado, se está preparando para celebrar el milenio. No se puede escapar del milenio, ¡incluso en esta convención no se puede escapar de él! Parece en verdad imposible escapar del milenio.
La gente en Gran Bretaña, como en otras partes, se está preparando para celebrar el supuesto nacimiento de Jesucristo, hace dos mil años. Y digo supuesto porque incluso aquellos que creen que en realidad existió, ahora en general parecen aceptar que nació por lo menos cuatro años antes de la fecha aceptada generalmente. Por eso digo el supuesto nacimiento de Jesucristo. Se están preparando, en otras palabras, para entrar en el tercer milenio de la era cristiana. Y creo que es importante que aunque estemos conscientes de todo lo que está ocurriendo, nosotros como Budistas no nos dejemos llevar por toda esa excitación, por esa moda. Creo que es importante que debamos recordar que este milenio no es nuestro milenio. Por supuesto no estoy diciendo que no acudan a ver el famoso domo, (monumento al fin del milenio en Londres) en el que tanta energía, habilidad y dinero se ha invertido, además, en todo caso, las exposiciones ahí mostradas no serán de ninguna manera enteramente cristianas. De hecho, algunos cristianos se han quejado bastante ruidosamente de que a la cristiandad no le ha sido otorgado suficiente espacio dentro del domo. Parece que los han metido en un pequeño rincón de una exposición multicultural o de múltiples creencias, y no se encuentran muy felices al respecto, y en cierta manera uno puede entenderlo. Después de todo, es su milenio. Pero de todos modos, ese es otro problema.
Los budistas, por supuesto, celebramos hace cuarenta años un medio milenio más. De mayo de 1956 a mayo de 1957. Celebramos dos mil quinientos años de budismo. Yo estaba en la India en aquel momento y tomé parte en aquellas celebraciones, que por cierto recuerdo muy bien. No solo participé en las celebraciones, sino que ayudé a organizar una pequeña parte de ellas. Fue un año altamente memorable, un año muy colorido y emocional para todos los budistas.
Los cristianos ven en el nacimiento de Jesucristo un viraje decisivo dentro de la historia, y todos sabemos, si leemos nuestros libros de texto ordinarios, por lo menos los viejos, que la Historia se divide en lo que sucedió a.C. y lo que sucedió d.C., aunque últimamente los historiadores no cristianos ya no utilizan aquella manera particular. Han sugerido que si tal distinción ha de hacerse, debería ser en términos de la 'era común' y 'antes de la era común'. Ciertos académicos han sugerido que si existiera un hito decisivo en la historia, éste no se encuentra en un año en particular, sino en todo un periodo, el mismo que se encuentra alrededor del año 500 a.C. En otras palabras, un periodo entre doscientos y ochocientos años antes de la era común. Como creo que la mayoría de ustedes saben, este periodo se ha denominado la Era Axial, y de acuerdo con Karl Jaspers, el filósofo alemán, en ese período se establecieron los cimientos espirituales de la humanidad, simultánea e independientemente, en China, India, Persia, Palestina y Grecia. Era la época de los grandes individuos, Individuos con "I" mayúscula. La época de Confucio e Isaías, de Sócrates y Platón, de los sabios del Upanishad y de los poetas griegos trágicos. Y por supuesto, lo que es más importante para los budistas, fue la época del Buda.
Los budistas ciertamente ven al Buda en el escenario histórico como un hito. Sin embargo ellos no ven la aparición, la vida del Buda como un viraje de la misma manera que los cristianos ven la aparición de Cristo. Para los cristianos, Jesucristo es absolutamente único. Él es el logos encarnado, el hijo encarnado de Dios y Su muerte mediante el sacrificio en la cruz es el evento central de toda la historia mundial, de todos los seres humanos. Esa historia, según la tradición cristiana, comienza con la creación y termina con el juicio final, cuando la trompeta suene en el cielo y toda la raza humana sea convocada ante el trono de Dios para ser juzgada por Cristo.
Sin embargo, para los budistas el Buda no es absolutamente único; Shakyamuni, Gautama, no es absolutamente único. Podríamos decir que es relativamente único, si es que de hecho se puede emplear tal expresión. Es relativamente único en el sentido de que es único dentro de un cierto periodo de mundos, un determinado kalpa. De acuerdo con la tradición budista, ha habido otros Budas antes de él, y habrá otros Budas después de él en futuros períodos de mundos. Un Buda como tal, un Samyaksambuda, es aquel que redescubre el camino hacia la iluminación después de que se ha perdido para la humanidad.
La historia lineal o cíclica
Así pues, el cristianismo y el budismo tienen dos diferentes visiones de la historia, del proceso histórico. Se puede decir que la visión cristiana es lineal: comienza con la creación y la caída del hombre, alcanza su clímax en la vida y muerte de Jesucristo y termina con el juicio final. Antes de la creación y después del juicio final, está, por decirlo de alguna manera, sólo la eternidad. Esta visión lineal de la historia ha dominado el pensamiento occidental cuando menos desde la ascensión del cristianismo, y dentro del pensamiento moderno la misma visión lineal encuentra una expresión en el marxismo. El Marxismo puede ser descrito, y de hecho se ha descrito, desde un cierto punto de vista, como una versión secularizada de la visión cristiana del tiempo. Y esta visión lineal de la historia, sirve de base para ciertas nociones modernas acerca del progreso infinito. Sin embargo, algunos sucesos en el presente siglo han más bien socavado aquella noción de progreso infinito de la raza humana, el infinito progreso de la civilización. Ahora tenemos menos confianza de la que solíamos tener, digamos, desde hace cien años en la idea de que la historia de la humanidad es la historia de progreso ininterrumpido en todos los frentes. Actualmente nos damos cuenta que puede haber regresiones, puede haber un retroceso a un estado anterior, primitivo, e incluso menos civilizado.
Esta visión lineal de la historia también es compartida por el Islam. Para el Islam también, la historia es una sola historia, con un comienzo y un final definitivos. Su clímax no es por supuesto el curso de vida de Jesucristo, a pesar de que los musulmanes tienen un gran respeto por Jesucristo, sin llegar a reconocerle como el hijo de Dios encarnado. Para los musulmanes el clímax del proceso histórico es la vida de Mahoma y la revelación del Corán seiscientos años después de la aparición de Cristo. Para ellos, el punto de viraje en la historia es la Hégira, la partida de Mahoma de La Meca a Medina en el año 622 de la era común. Por supuesto ambas visiones, la cristiana y la musulmana, tienen su raíz en el judaísmo. Por lo tanto, se puede hablar de la visión lineal de la historia, como una visión semítica. Es la visión común a las tres religiones o fés abrahámicas, es decir, el judaísmo, el cristianismo y el Islam, así como el Marxismo y gran parte del pensamiento moderno.
Al contrario, la visión budista es una visión cíclica. El Budismo ve que la historia procede no como una línea recta o relativamente recta, y ciertamente no como una sola línea de fenómeno de existencia, sino como un gran océano, un océano sin principio y fin, un océano sin límites, sin fronteras. Y sobre este gran océano, este infinito océano, millones y millones de olas surgen y caen constantemente, y éstas olas son universos o mundos. Y en estas olas que son universos, que son mundos, hay millones y millones de olas más pequeñas, que surgen y caen. Y tales olas son civilizaciones, o imperios o religiones o naciones o individuos. Ellos también surgen y caen constantemente, ellos también atraviesan por el proceso de crecimiento, madurez y decadencia. Ahora tenemos un punto notable: el Cristianismo y el Islam se ven a sí mismos como continuos, triunfantes, o quizá no tan triunfantes hasta el final de los tiempos, es decir, hasta el Juicio Final. Presumiblemente, el judaísmo se ve a sí mismo de manera continua hasta la llegada del Mesías. Sin embargo, el Budismo se ve a sí mismo como una religión organizada, como el sasana, como una institución, y como tal sujeta al mismo proceso cíclico que todo lo demás. El Budismo también, como religión organizada, nace, se desarrolla, madura, decae y muere. Muchos textos budistas predicen o pretenden suponer este decaimiento, y de hecho en muchas partes del mundo budista este decaimiento ha llegado a suceder.
Pasó hace siglos en Asia Central, en India y en Indonesia, que alguna vez albergaron pujantes civilizaciones y culturas budistas. En todas estas áreas el budismo ha atravesado el ciclo completo. En épocas más recientes ha decaído seriamente en China y Tíbet, lo mismo que hasta cierto punto en el resto del Oriente. Podemos decir que en Oriente en general, el budismo ha estado en decadencia cuando menos durante mil años, lo cual constituye un pensamiento preocupante. Con esto no quiero decir que no haya habido individuos budistas, o incluso pequeños grupos de budistas por aquí o por allá, que hayan perseguido el camino hacia la Iluminación, y que incluso lo hayan perseguido hasta el final. No obstante, cada vez ha habido menos individuos o pequeños grupos así, y el budismo mismo durante siglos ha ejercido cada vez menos influencia en las culturas o civilizaciones circundantes.
Pero el proceso cíclico es complejo, existen olas y más olas, y hay olas más pequeñas en las olas más grandes, hay ciclos dentro de los ciclos, y justo detrás de una ola grande que cae, puede haber una pequeña ola que se levanta. En un ciclo de decadencia, dentro de lo que es el ciclo completo de decaimiento, puede haber un ciclo de crecimiento. En otras palabras, dentro del Budismo en decaimiento vemos movimientos de resurgimiento y reforma. Y tales movimientos están asociados con la vida y trabajo de un individuo grande, prominente y sobresaliente. Por ejemplo, en el Tíbet tenemos la excepcional figura, el sobresaliente logro de Atisha, el fundador de la tradición Kadampa. En Japón está Hakuin, el revitalizador del Zen Rinzai. En tiempos recientes tenemos, en China, a la notable figura del abad Tai Tzu, que hizo mucho por el resurgimiento del budismo en aquel país tras el colapso de la dinastía Manchú, de hecho hizo tanto que los budistas chinos le conocen como el Bodhisattva Tai Tzu.
Durante el presente siglo el budismo en general ha estado en declive. Todos sabemos lo que ha sucedido en China y Tíbet. En esos lugares ha sido abiertamente atacado por las fuerzas del marxismo militante, y en el resto del Oriente ha sido minado por el proceso de industrialización y urbanización. También ha sido debilitado por las incursiones cristianas, a tal grado que algunos de los líderes budistas en algunos de los países tradicionalmente budistas se han alarmado seriamente. Así, en el siglo actual, la ola de budismo sobre el mundo en general ha estado en descenso. Pero detrás de aquella ola hay otras olas más pequeñas, y aquellas olas se están elevando. Dos de aquellas olas son, creo yo, de particular importancia y significación. Una de esas olas ha surgido en la India, donde el Budismo había estado virtualmente muerto por cerca de mil años, y la otra se ha elevado en Occidente, en Europa y las Américas, donde el Budismo hasta hace muy poco, era desconocido. El movimiento AOBO, incluyendo la OBO, son parte de esa ola, son parte también de esa ola que se ha elevado en India, donde por supuesto se le conoce como TBMSG. Uno podría decir que ambas olas, la ola occidental y la India, están hechas de una multitud de otras pequeñas olas. Claro que nosotros no seríamos ninguna de estas olas en el sentido 'colectivo', puesto que AOBO/TBMSG se componen en sí mismos de cientos, incluso miles de olas. Esas olas son los distintos capítulos, centros en las ciudades, centros de retiro, comunidades, negocios de subsistencia correcta, coros, etc. Incluidos están los miembros de la orden, mitras, amigos, y tengo la confianza de que todos ellos están experimentando, en general, un proceso ascendente de crecimiento y desarrollo, en otras palabras, que están realizando algún progreso en el camino espiritual. Desde luego, dicho progreso será llevado a cabo por su consciencia, su cita, a falta de un mejor término, incluso cuando su cuerpo físico puede estar en un proceso de decaimiento. Si este es el caso, y este será el caso para la mayoría de nosotros tarde o temprano, habríamos de adoptar la actitud del poeta William Butler Yeats, que dice:
Un viejo no es más que una miseria,
un harapo en un bastón,
a menos que el alma aplauda y cante
y cante más alto por cada jirón de su mortal vestido.
Como budistas, como hombres y mujeres que han ido a Refugio a las Tres Joyas, tenemos suficiente motivo para aplaudir y cantar, tanto literal como metafóricamente, sin importar el estado en que se encuentre nuestro mortal vestido.
Pero regresando a mi imagen de la ola. Existen tanto olas grandes como olas pequeñas, e incluso algunas muy pequeñas, pero todas se componen de agua. Y todas las olas del océano se componen de agua, sólo de agua, H2O, ¡sin sal!. Y de la misma manera, todas las diferentes sectas, escuelas, tradiciones y formas del budismo se componen, pues, de budismo. Se componen del Dharma. Todas son expresiones, bajo diferentes condiciones y circunstancias, del Dharma. Algunas abarcan una gran amplitud, otras son más limitadas. Algunas son unidimensionales de una u otra forma, pero todas son manifestaciones del Dharma, todas son parte de la gran ola que llamamos budismo. Todas tienen el sabor de la liberación. Y AOBO/TBMSG es parte de esa ola. O mejor dicho, es parte de una parte de esa ola. Es parte de la ola que se eleva, tanto en Occidente como en la India. Como tal, tiene mucho en común con aquellas olas, tanto las grandes como las pequeñas. Tiene enseñanzas y prácticas en común. Entre aquellas enseñanzas se encuentran las referidas a las tres marcas de la existencia condicionada, las Cuatro Noble Verdades, el Noble Sendero Octuple, las doce o veinticuatro nidanas, las seis paramitas, y muchas otras. Entre las prácticas que tenemos en común se encuentran la meditación, el ritual, la devoción, el canto de mantras, la peregrinación, la observancia de los preceptos, el estudio y muchas otras. Y por supuesto están los símbolos, como la imagen del Buda, la rupa, la rueda de la vida, el mándala - todas estas y muchas más que compartimos con el resto del mundo budista.
Seis características de aobo
Pero AOBO/TBMSG tienen sus propios rasgos y énfasis distintivos, y son éstos los que les dan su individualidad en particular; una individualidad que se ha desarrollado como resultado de nuestro intento de practicar el Dharma bajo las condiciones de una forma de vida industrializada, urbanizada y secularizada; condiciones que rápidamente se están volviendo mundiales. En algunas ocasiones he resumido los diferentes énfasis del AOBO en seis encabezados. No siempre lo hago necesariamente en el mismo orden exactamente, pero los mencionaré solo para recordar cuáles son.
En primer lugar, AOBO/TBMSG es un movimiento ecuménico. Ecuménico no es realmente la mejor palabra en este sentido, pero por lo menos en nuestra lengua no parece haber otra. Esta palabra significa que en principio aceptamos toda la tradición budista tal y como se ha desarrollado a través de los siglos en Oriente. Significa que no nos identificamos exclusivamente con ninguna secta o tradición oriental. Aprendemos de todas, las apreciamos a todas, y nos inspiramos en todas. Como es sabido, estudiamos textos en Pali, como el Sutta Nipatta, el Dhammapada, y el Udana. También estudiamos los grandes sutras Mahayana, y obras tales como las 'Canciones de Milarepa', y la 'Vida y liberación de Padmasambhava'. Al mismo tiempo los estudiamos de manera crítica. No aceptamos necesariamente todo, o cada palabra que contienen, como si fuese un evangelio. Tratamos de entender a lo que quieren llegar. Nos preguntamos qué es lo que realmente quieren decir, expresar, comunicar. Y tratamos de aplicar ese significado, hasta donde seamos capaces de entenderlo, para vivir nuestra vida como Budistas. Tenemos la misma actitud hacia la totalidad de la tradición budista, o sea, hacia las sectas y escuelas budistas orientales. Nuestra actitud es de apreciación crítica; no necesariamente las aceptamos en sus propios términos, y ciertamente no confundimos el Dharma en sí mismo con las culturas nacionales en las cuales las varias sectas y escuelas orientales se encuentran inmersas. Sobre todo tratamos de ver lo que dichas sectas tienen en común entre sí y con nosotros mismos. Esto es en pocas palabras lo que quiero decir al referirme a la actitud ecuménica de AOBO/TBMSG.
En segundo lugar, somos un movimiento unificado en un sentido general, y en un sentido específico. En el sentido general, ser miembro de AOBO/TBMSG es algo abierto a todos, sin importar nacionalidad, raza, color, educación, clase o casta, antecedentes culturales, género, orientación sexual, o edad. Espero haber cubierto a todos, de lo contrario, ¡alguien seguramente encontrará que algo falta! Todos son aceptados y bienvenidos, todos tienen un lugar. Todos son considerados y valorados, por sí mismos y por otros, principalmente como individuos. En un sentido específico somos un movimiento unificado, en el sentido de que formar parte de la Orden, que constituye el corazón del movimiento, está abierto tanto a hombres como a mujeres en términos iguales. No siempre nos damos cuenta de lo realmente revolucionario que es esto dentro del contexto del budismo oriental. En el budismo oriental tradicional, la ordenación (o su equivalente) no está abierta a las mujeres. Esto es cierto para el Theravada, es cierto para el budismo tibetano, y para el Zen. Sólo en tiempos recientes han sido realizados algunos cambios muy pequeños al respecto, y de hecho en la periferia. En el caso de nuestra propia orden, ha sido uno de nuestros principios básicos, uno de nuestros énfasis fundamentales, desde el principio. Y debemos estar orgullosos de ello. De hecho, a veces pienso que es irónico que el AOBO y la orden en particular, seamos criticados por hacer retiros y formar comunidades de un mismo sexo, por personas que no dan la ordenación a las mujeres en los términos que se la otorgan a los hombres, o quizás no la dan en lo absoluto. Tales críticas las encuentro extremadamente irónicas, considerando su procedencia.
En tercer lugar está el acto central de Ir a Refugio en la vida espiritual budista. Es el Ir a Refugio de las Tres Joyas lo que nos hace budistas. En la medida que vamos a Refugio, en esa medida somos budistas. El acto de Ir a Refugio se encuentra, por supuesto, en todas las formas del budismo, o por lo menos se encuentran referencias. Pero por desgracia frecuentemente se habla, por lo menos en inglés, de 'tomar Refugio'. Esto no solamente contradice el simple lenguaje de las escrituras, donde la palabra es gaccami, 'yo voy', sino que también tiene una connotación errónea: el de apropiarse y de poseer, e incluso de intentar apegarse. Así que tengamos cuidado de nunca hablar de 'tomar Refugio'. Pero a pesar de que el Ir a Refugio se encuentra en todas las formas de budismo, muy rara vez ocupa un espacio central en ellas. Dicho lugar lo toma, en la mayoría de los casos, otra cosa, ya sea la ordenación monástica, por ejemplo, o un tipo particular de meditación, o alguna otra forma de práctica espiritual. Sin embargo, en nuestra tradición, el acto de Ir a Refugio es central. Buscamos colocar a las Tres Joyas en el centro, en el corazón de nuestras vidas, y orientar todas nuestras actividades hacia ellas, ya sea directa, o por lo menos, indirectamente. Y todo esto, por supuesto lo sabéis muy bien, no hay necesidad de que diga más al respecto. Pero quisiera recordarles los cuatro niveles de Ir a Refugio. En primer término está el Ir a Refugio étnico o cultural, en segundo lugar se encuentra Ir a Refugio provisional, en tercer lugar está Ir a Refugio Efectivo, y en cuarto lugar Ir a Refugio Real. La comprensión de éstos cuatro es absolutamente fundamental.
La Ordenación representa el reconocimiento, por parte de nuestros amigos espirituales, de que estamos efectivamente yendo a Refugio. Mas la Ordenación no es suficiente. No debemos dormirnos en nuestros laureles; como miembros de la orden no estamos efectivamente yendo a Refugio a menos que hagamos un serio esfuerzo para lograr Ir a Refugio Real, es decir, lograr la entrada en la corriente, o lograr el surgimiento del Bodhicitta real. Más adelante diré algo sobre el Bodhicitta. Por lo tanto, debemos preguntarnos a nosotros mismos si realmente estamos haciendo el esfuerzo de mantener viva la llama de tal aspiración. Porque si no vamos hacia delante, inevitablemente regresaremos al principio, y tal vez, al Ir a Refugio meramente provisional, incluso solamente formal. Obviamente una convención es buen contexto para pensar acerca de estas cosas. Un buen momento para hacer un mayor esfuerzo a fin de hacer real nuestra ida a Refugio. No es tan solo una ocasión para socializar, o para ponerse al día con las noticias, aunque sean del AOBO, aunque claro que aquello también tiene su lugar, hasta cierto punto, especialmente si no has visto a algún compañero de la Orden durante mucho tiempo.
Luego tenemos en cuarto lugar, el cuarto énfasis, nuestro énfasis distintivo: la importancia de la amistad espiritual. La amistad es una necesidad humana básica. La relación entre amigos es una de las seis principales relaciones de las que se ocupa el Buda en el Sutta Siggalavada, donde el Buda tiene mucho que decir al respecto, especialmente como distinguir entre buenos y malos amigos. Sin amigos, buenos amigos, uno es apenas humano, y sin amigos espirituales difícilmente se es un budista practicante. Los amigos espirituales nos ayudan a progresar espiritualmente: nos alientan cuando estamos abatidos, nos retan cuando holgazaneamos, nos inspiran cuando perdemos contacto con el ideal, nos ayudan con cosas prácticas, aún mundanas. De hecho, la amistad espiritual, kalyana mitrata, constituye en sí misma una forma de progreso espiritual, es en sí una práctica espiritual. En la amistad espiritual aprendemos a olvidarnos de nosotros mismos, de nuestros propios intereses y preocupaciones insignificantes. Comenzamos a trascender la diferencia entre nuestro ser y los demás, tal vez llegamos a tener una vislumbre del Bodhicitta. Por supuesto, esto ustedes lo saben bien. Todos ustedes se han beneficiado en algún momento, muy probablemente ahora mismo, de la amistad espiritual, y quizá hayan sentido a veces la falta de ella. Así que ya saben de que se trata, no diré más al respecto.
Nuestro quinto punto de énfasis reside en la subsistencia correcta realizada en equipo. Los negocios de subsistencia correcta en equipo, junto con los capítulos, centros públicos, y las comunidades espirituales, constituyen una de las instituciones fundamentales de AOBO/TBMSG. Recientemente descubrí que solamente en el Reino Unido, existen treinta y un negocios de tales características, que tienen entre ellos doscientos treinta y dos empleados, y cuarenta y ocho de tiempo parcial. Es una cifra impresionante, representa un magnífico logro, especialmente si uno considera lo difícil que resulta establecer y operar un negocio de este tipo. Todos los involucrados, ya sean miembros de la Orden o mitras deben ser felicitados calurosamente y de todo corazón por sus esfuerzos. Ellos son pioneros, no únicamente dentro de su propio movimiento, sino dentro del contexto de la sociedad en general: apuntan hacia el desarrollo de un orden económico mucho más ético.
Los negocios de subsistencia correcta en equipo tienen cuatro características distintivas. En primer lugar, proveen a su personal con lo necesario para mantenerse. No pagan remuneraciones o salarios y cada empleado recibe lo que necesita de acuerdo con sus circunstancias particulares. Dos, realizan solamente actividades que se consideran éticas, es decir, que estén en acuerdo con los preceptos. Más aún, los negocios de subsistencia correcta en equipo se manejan de una manera ética, y el trato entre los empleados es así mismo ético. En tercer lugar, proveen la oportunidad para el desarrollo de la amistad espiritual dentro del ámbito de trabajo. Este caso se da particularmente donde los empleados no únicamente trabajan juntos, sino que viven juntos en una comunidad. Cuarto y último, las ganancias del negocio son distribuidas como dana, para el beneficio de las diversas actividades del AOBO/TBMSG.
La mayoría de ustedes probablemente está familiarizada con estas cuatro características distintivas, aunque probablemente no podría enumerarlas si se le pidiera, por esta razón les he dado este pequeño recordatorio.
En el Dhammapada - he de mencionar que en el transcurso de esta convención he vuelto a trabajar en mi larga y no completada traducción del Dhammapada, la cual espero terminar al finalizar el año. Bien, en el Dhammapada, el Buda dice que 'el no repetir los versos sagrados equivale a su corrupción '. En otras palabras, si uno no los repite, no los tiene en su cabeza, tal vez incluso en sus labios, tarde o temprano los olvidará. Por lo tanto el no repetir los versos sagrados equivale a su corrupción. Algunos miembros de la Orden tienen grandes huecos en el conocimiento del Dharma, incluso huecos muy grandes en el propio conocimiento del movimiento. No es sólo importante que aprendamos, es importante no olvidar lo aprendido. Debemos repetir por lo tanto, todo lo aprendido, repasarlo por nuestras mentes y reflexionarlo cuando tengamos la oportunidad. Debemos convertirlo en parte de nosotros mismos, por así decirlo.
El estupa de Chintamani en la sala de meditación de la convención en 1999
Sexto y último, dentro de AOBO / TBMSG enfatizamos la importancia de las artes en la vida espiritual. Enfatizamos la importancia de la cultura, la gran música, literatura, drama, pintura, escultura, arquitectura- todas ellas ayudan a ampliar nuestra capacidad de simpatizar con otros y extender nuestra experiencia. Engrandecen nuestra imaginación, refinan y dirigen nuestras emociones. En su mejor expresión pueden ser portadoras de valores espirituales, que en principio son idénticos a los valores del Dharma, valores que nos pueden ayudar a transformar nuestras vidas. Y ya que toco el tema del papel que las artes pueden jugar en la vida espiritual, debo expresar lo mucho que aprecio la stupa creada por Chintamani, creo que con la ayuda de algunas otras personas, que se encuentra en el centro de nuestra sala de meditación. Estoy seguro que todos aquellos que la hayan visto y meditado en su presencia se habrán sentido muy inspirados y agradecidos a Chintamani y demás responsables, por la creación de algo tan maravilloso para nuestra convención.
Entonces, estos son los seis puntos de énfasis de AOBO/TBMSG. Somos un movimiento ecuménico, un movimiento unificado, especialmente una orden unificada; vemos el acto de Ir al Refugio de las Tres Joyas, como el centro de la vida espiritual budista; reconocemos la vital importancia de la amistad espiritual; procuramos transformar la vida económica a través del trabajo de subsistencia correcta en equipo, y damos un importante lugar a las Artes en la vida espiritual. Estos seis énfasis son los que hacen diferente a la AOBO/TBMSG de otras tradiciones budistas, es decir, del resto del mundo Budista. Es por lo tanto muy importante que tengamos un entendimiento profundo de estos énfasis particulares, que seamos capaces de explicarlo a personas nuevas y a otros budistas, pues son razones que motivan nuestra fe. Al mismo tiempo debemos recordar que tenemos mucho en común con otras tradiciones budistas, debemos recordar que somos parte del mundo budista.
Ahora, dentro de nuestros seis grandes énfasis, el más importante es el tercero, según los he enumerado esta vez, es decir, el énfasis central del acto de Ir a Refugio en la vida espiritual budista. Es el más importante, tanto teórica, como prácticamente. Todo lo demás fluye a partir de allí, ya sea directa o indirectamente. Como ya les he recordado hay cuatro niveles de Ir a Refugio: étnico o cultural, provisional, efectivo y real. Y dentro de AOBO/TBMSG, los miembros de la Orden son aquellos que por lo menos están yendo a Refugio de manera efectiva, por lo menos la mayor parte del tiempo. La aceptación dentro de la Orden, o la ordenación, consiste en el reconocimiento ritual de que un hombre o mujer va efectivamente a Refugio, y que él o ella tiene la intención de continuar haciéndolo.
La responsabilidad de los preceptores públicos
La última palabra con respecto a si alguien está listo para la ordenación la tienen los preceptores públicos, es decir, aquellos miembros ordenados con gran experiencia que conducen la ceremonia de ordenación. Originalmente, en mí recaía tal responsabilidad, yo era el único preceptor público, yo conducía las ordenaciones, tanto privadas como públicas. Sin embargo, como ustedes saben, hace ya algunos años que comencé a delegar esa responsabilidad. La he delegado a algunos miembros experimentados y actualmente hay siete de ellos.
En orden de antigüedad en la Orden ellos son: La primera de todas, Dhammadinna, ordenada en agosto de 1973; luego Subhuti, ordenado en noviembre 1973; después Sona, ordenado en 1974; Srimala, en 1975; Padmavajra, en 1976; Sanghadevi, 1977, y Suvajra, en 1978. Todos ellos tienen más de veinte años de haber sido ordenados, y todos ellos han estado cerca de mí por más de veinte años, lo que constituye mucho tiempo, una cantidad considerable en la vida de cualquiera. Y entre ellos, estas siete personas son crucialmente responsables del proceso o procesos de ordenación. En conjunto con los presidentes de algunos de los centros constituyen el Colegio de Preceptores, y el Consejo de la Orden Budista Occidental, Trailokya Bauddha Mahasangha. Las particularidades en tanto a las diferentes funciones y deberes de los preceptores y presidentes, se presentan de forma tabular muy apropiada, en la primera edición de Madhyamavani, y no hay duda de que ustedes ya han de estar familiarizados con ellos, así que no entraré en eso ahora.
Sólo quiero enfatizar una cosa, que la responsabilidad que he delegado a los preceptores públicos es de mucho peso. Yo lo sé, puesto que la tuve yo solo durante más de veinte años. Finalmente en ellos recae la responsabilidad de aceptar nuevos miembros en la Orden, lo que significa que son ellos quienes determinan, hasta cierto punto, el carácter, incluso el futuro de la Orden. No es que los demás miembros no tengan un papel incluso importante, sino que los preceptores públicos desempeñan un papel muy especial. Por consiguiente, quiero aprovechar esta oportunidad para declarar que tengo completa confianza en ellos, tanto individual, como colectivamente, por decirlo así. Estoy seguro de que llevarán a cabo la responsabilidad que les he encomendado, con una total fidelidad e integridad. Sin embargo, ellos podrán llevarla a cabo con confianza sólo con el apoyo y cooperación de todos y cada uno de ustedes. Por ello, les exhorto a dar ese apoyo y cooperación a las personas que he mencionado de manera sincera y de todo corazón. Aunque he delegado muchas de mis responsabilidades, sobre todo las concernientes a la ordenación, aún no he delegado la totalidad de mis responsabilidades. Aún soy, tal parece, quien encabeza la Orden, pero también quisiera delegar esa responsabilidad. Después de todo, estoy cerca de los setenta y cuatro años, y para cuando tenga setenta y cinco quisiera también traspasar la dirección de la Orden. Cómo lo haré y a quién será no lo he decidido aún, pero espero anunciarlo dentro de, digamos, un año, al cumplir los setenta y cinco, si es que aún estoy vivo, claro. Mientras tanto, confío en que ustedes continuarán profundizando su Ir a Refugio. Ahora sí, por fin, estoy mirando un poquito hacia el futuro.
Esto significa que creo que la Orden, el movimiento, tienen futuro, lo cual no necesariamente significa que la pasarán muy fácil. Puede ser que se encuentren con bastante oposición. El Budismo en sí mismo podría encontrarse con mucha oposición, no sólo el AOBO. Como ya mencioné, el mundo del budismo en general está en declive, ha estado en declive durante cerca de mil años. Unicamente en la India y Occidente forma parte de la ola ascendente. Y para que dicha ola continúe elevándose, ya sea en India o en Occidente, tendrá que luchar y trabajar muy duro. El AOBO tendrá que luchar y trabajar muy duro, y en particular la Orden tendrá que hacerlo, ustedes tendrán que hacerlo. En la India ustedes tendrán que trabajar muy duro contra la implacable influencia del hinduismo, contra la implacable presión para hinduizar el budismo, o por lo menos a los budistas. Luchar contra la presión para regresarles al sistema de castas. En Occidente tendrá que luchar en contra de lo que yo llamo pseudo-liberalismo, en contra de algunos aspectos de la ideología de la Nueva Era, y en contra de los intentos de mezclar el Budismo con el Cristianismo. Tendrán que luchar contra el materialismo y consumismo, lo cual significa que a menudo tendrán que estar solos. Tendrán que arriesgarse a ser impopulares, tal vez incluso perseguidos. Pero a la gente no le gusta la impopularidad, le gusta caer bien a los demás, le gusta estar dentro de un grupo, y así se ve tentada a poner en entredicho su compromiso, el compromiso de sus principios, sus ideales, incluso sus ideales budistas, y ustedes, seguramente, tendrán que afrontar tales tentaciones. Quizá ya actualmente estén afrontándolas de vez en cuando. Sin embargo, para que la Orden y el movimiento tengan un futuro, ustedes tendrán que resistir tentaciones de este tipo. Tendrán que ser verdaderos individuos, no tener miedo de estar en la minoría como budistas, no tener miedo de afrontarlo solos como budistas. Tendrán que tener coraje en sus convicciones, el coraje de su experiencia y de su claridad de visión.
Hasta ahora he hablado sólo de oposición externa, pero hay otro tipo de oposición que se debe enfrentar, otro peligro que es aun mayor que los que vienen de fuera, se trata del peligro que viene desde adentro, es decir, desde el interior de la Orden. El peligro es, en una palabra, la desarmonía. No es suficiente que la Orden esté unificada, tiene que ser una Orden unida. Tiene que ser una Orden espiritualmente unida, unida en su compromiso común con las Tres Joyas. Los seres humanos, siendo como son, tendrán siempre diferencias de opinión, siempre habrá choques de personalidad, pero éstos deben ser resueltos en cuanto se susciten. Resolverlos debe ser una prioridad absoluta, lo que por supuesto no significa simplemente seguir hablando de ellos. A veces hablar simplemente prolonga el conflicto. A veces es más sencillo simplemente intensificar nuestra práctica del Dharma, y dejar que el conflicto se resuelva por sí solo.
Como miembros de la Orden, ustedes están, en cualquier caso, esforzándose para ir del Refugio Efectivo, al Refugio Real, y es ahí donde reside la verdadera solución del problema. Si un número suficiente de miembros de la orden alcanzan a Ir a Refugio Real, o tan sólo hacen el esfuerzo genuino para alcanzarlo, entonces habrá armonía en la Orden. Si los miembros de la Orden están en armonía, si ustedes están en armonía, la orden será fuerte, será capaz de resistir tanto los peligros externos como los internos. Más aún, si la orden está espiritualmente unida, si está en armonía, entonces algo verdaderamente maravilloso sucederá. La orden será entonces el lugar donde se manifieste el Bodhicitta. Como todos ustedes ya saben, a veces comparamos a la Orden con la manifestación de Avalokitesvara con sus once cabezas y mil brazos. Creo que anoche Subhuti se refirió a esta gran figura, este gran símbolo. Pero no es solamente una manera de decirlo, no es un giro lingüístico, lo debemos tomar muy en serio, incluso literalmente.
La visión altruista de "ir a refugio"
Regresemos un momento a los cuatro niveles del acto de Ir a Refugio. Los miembros de la Orden van a Refugio efectivamente, esto es, realizan un esfuerzo de todo corazón para lograr Ir a Refugio Real, dicho de otra forma, para lograr la entrada a la corriente. Cuando esto sucede surge una radical transformación en la naturaleza del acto de Ir a Refugio. Éste cesa de ser 'mi' ida a Refugio, (mi entre comillas). Otra cosa asume su lugar, cuando menos en cierto grado. En los términos del Mahayana a esto se le llama el Bodhicitta real.
Existen cuatro niveles en el surgimiento del Bodhicitta, que corresponden a los cuatro niveles del acto de Ir a Refugio. En primer lugar existe un nivel de tipo étnico o cultural. No es del todo un verdadero surgimiento. Este consiste en la aceptación formal del Ideal del Bodhisattva, simplemente como la herencia cultural del Budismo Mahayana. En segundo lugar, contamos con el surgimiento provisional del Bodhicitta, y este ocurre cuando uno trata de actuar de acuerdo con el Ideal del Bodhisattva, es decir, actuar de manera altruista, aunque tan solo sea de manera intermitente. Y en tercer lugar está el surgimiento efectivo. Aquí se está comprometido de todo corazón a actuar en concordancia con el Ideal del Bodhisattva, y se realiza un serio esfuerzo de practicar las seis paramitas. Pero existe aun la posibilidad de un retroceso, incluso de desertar totalmente del Bodhicitta. En cuarto lugar, existe el surgimiento Real del Bodhicitta. En este punto se ha obtenido por lo menos, un cierto grado de Sabiduría real, y se está practicando este paramita, así como los demás paramitas, y su práctica constituye una práctica trascendental y por consiguiente no hay posibilidad de retroceder o desertar.
Como ustedes saben, he hablado del alcance del surgimiento del Bodhicitta como la visión altruista del acto de Ir a Refugio. Estrictamente hablando, esto se aplica solamente a los primeros tres niveles del surgimiento. En el caso del cuarto, la distinción entre el 'yo' y los otros ha comenzado a erosionarse seriamente. El verdadero Bodhicitta no es por lo tanto, ni individualista ni altruista. De este modo, no se trata de que el surgimiento del Bodhicitta Real sea 'mi surgimiento. Ni que sea 'yo' quien desarrolle el Bodhicitta real, ni que sea 'yo' un Bodhisattva, de la misma manera que no sería 'yo' quien estuviese yendo a Refugio, ni 'yo' quien llegase a entrar en la corriente.
En ambos casos podemos describir que un flujo de energía, quizás incluso de consciencia, espiritual, ha empezado a surgir. El Hinayana no tiene mucho que decir sobre esto. Quizá el mismo Buda no haya tenido mucho que decir al respecto, quizá a él le bastaba con demostrarlo con su vida. Pero el Mahayana tienen mucho que decir sobre esto, los sutras del Mahayana tienen mucho que decir al respecto, especialmente en lo concerniente a su enseñanza del Ideal Bodhisattva. No voy a entrar en ese tema por ahora. Ya lo he expuesto en otras ocasiones, como en mis exposiciones sobre el Ideal Bodhisattva en 1967 o 1968, las cuales aparecerán próximamente en forma de libro. Sólo quisiera enfocar en lo que sucede cuando un número de personas logra Ir a Refugio de manera no egoísta, cuando aquel flujo de energía espiritual no egoísta comienza a manifestarse en numerosas personas simultáneamente. Esta gente se convertirá literalmente en las manos o brazos, incluso en los rostros de Avalokitesvara; no habrá problemas ni conflictos entre ellos: funcionarán en perfecta armonía. Llegará a existir algo, cuyo significado no tiene expresión en nuestro idioma. Será una verdadera Sangha, una Arya Sangha, y la Orden Budista Occidental, Trailokya Bauddha Mahasangha, tiene futuro sólo en la medida en que se convierta en dicha Sangha, o en la medida en que tenga en su núcleo a una Sangha así. Es por lo tanto imperativo que todos y cada uno de ustedes busque la transformación del Ir a Refugio Efectivo al Ir a Refugio Real, que busque lograr entrar en la corriente, o el surgimiento del Bodhicitta Real. De ustedes depende; el futuro de la Orden y del movimiento está en sus manos.
Está de sobra mencionar cuán necesario es el Dharma para el mundo, y cuánto se necesita una Orden y un movimiento como el nuestro. Yo he hecho lo que he podido. He comenzado la Orden, he comenzado el movimiento; y tal como lo he mencionado, el próximo año traspasaré la dirección de la misma. Entonces dejaré de tener responsabilidades formales, lo que no significa que tenga que salir de circulación. Me dará mucho gusto ver gente. Y no hay duda que me apareceré en los centros, sí así me apetece, y por supuesto espero seguir escribiendo. No puedo decirles si estaré presente en la próxima convención, de cualquier forma me siento muy feliz de haber asistido a las tres convenciones, de haber tenido la oportunidad de compartir con ustedes algunos de mis pensamientos, feliz de haber tenido la oportunidad de ver un poquito hacia el futuro.