Dar gracias es una forma de recordar que nuestra situación en la vida es, en algunos o en muchos sentidos, privilegiada. Al agradecer estamos expresando cuánto apreciamos lo que constantemente recibimos. También, expresar gratitud nos recuerda que estamos participando constantemente de la interconexión que existe entre todos los seres y elementos de la vida. Al agradecer estamos recordando que nuestras acciones tienen consecuencias, recordamos que no estamos solos.
La gratitud está estrechamente relacionada con nuestra capacidad de estar presentes y apreciar lo que tenemos ahora en lugar de preocuparnos por lo que no tenemos o lo que nos gustaría conseguir. Muy probáblemente si el Buda no hubiese sentido gratitud, no habría enseñado el Dharma. Y hoy no podríamos dar las gracias por tener la enseñanza.
Sangharákshita en su libro "la Sangha" nos habla de la importancia que tiene la gratitud.
La tradición budista dice que el Buda pasó siete semanas (o nueve. Los relatos varían) muy cerca del rbol Bodhi, bajo la sombra del cual alcanzó la iluminación. En el transcurso de cada una de esas semanas ocurrió algo importante. Podríamos decir que la experiencia de iluminación del Buda comenzó a filtrarse en él hasta que, para cuando terminó la última de esas semanas, el proceso de transformación se hubo completado.
(...) Quisiera enfocarme episodio en torno a la iluminación del Buda . Durante la segunda semana, según alguna fuente. Dice la tradición que el Buda se paró a cierta distancia, al noreste del árbol Bodhi y se quedó una semana mirándolo sin parpadear.
Siglos más tarde, en ese mismo sitio se erigió una estupa para destacar el lugar desde el cual el Buda contempló el árbol. Se le conoció como la “estupa de la mirada que no parpadeó ” y Hsuan Tsang, el gran peregrino chino, la vio cuando visitó la India en el siglo VII de nuestra era. En las memorias que le dictó a sus discípulos cuando ya era un anciano, de vuelta en China, la describió así : “A la izquierda del camino, al norte del sitio donde caminó el Buda, hay una enorme piedra sobre la que, posada en una gran vihara, se halla una figura del Buda con la mirada hacia arriba. Ahí , en tiempos remotos, se sentó el Buda [y dice que se sentó , aunque el texto fuente dice que se mantuvo de pie ] durante siete días contemplando al árbol Bodhi”.
Quizás el Buda no se quedó de pie ni se sentó literalmente ahí toda una semana, pero podemos considerar que s se quedó mirando al árbol un largo rato. El texto fuente dice muy claro por qué . Lo hizo porque estaba agradecido con el árbol, que lo había cobijado mientras él lograba la iluminación. Según las escrituras, el Buda demostró su gratitud también de otras maneras. Después de que Brahma Sahampati le solicitó que enseñara el Dharma y el Buda decidió hacerlo así , se preguntó a quién debería darle esa enseñanza.
Pensó primero en sus dos viejos maestros, que le habían enseñado a meditar al poco tiempo de que dejó su hogar. Como lo que le enseñaron ellos no le pareció suficiente los dejó , pero en su momento le habían dado un gran servicio y, tras alcanzar la iluminación, recordó eso. Era como si tuviera con ellos una deuda espiritual y quisiera saldarla. Sin embargo, muy pronto se dio cuenta de que sus viejos maestros ya habían muerto.
Entonces pensó en sus antiguos cinco compañeros. También ellos eran personas que había conocido en un período anterior, durante su búsqueda espiritual, en los días en que experimentó la práctica ascética. Después de dejar a sus primeros dos maestros comenzó a practicar la automortificación extrema, en compañía de los cinco amigos que se volvieron sus discípulos y que lo admiraban mucho porque había ido más lejos que nadie en su automortificación. No obstante, el que habría de convertirse en el Buda llegó a ver la futilidad del ascetismo y comprendió que esa no era la vía que lo conducir a a la iluminación, de modo que la abandonó . Cuando comenzó a ingerir alimento sólido de nuevo, si bien no fue más que un poco de arroz para mantenerse con vida, los cinco ascetas lo dejaron y muy disgustados le dijeron: “el shramana Gotama ha retornado a una vida de lujos”, pero no fue ese momento en que lo abandonaron lo que quedó en la memoria del Buda. Cuando se dio cuenta de que sus dos viejos maestros habían muerto y reflexionó : “los cinco ascetas me ayudaron mucho mientras practiqué las penitencias. Me gustaría predicar el Dharma para ellos”. Así que eso hizo. Fue a buscarlos, les dio la enseñanza y al final también ellos alcanzaron a ver la verdad que él había comprendido. Todo eso lo hizo por gratitud.
Una de las primeras cosas que hizo el Buda tras alcanzar la iluminación fue demostrar su gratitud a quienes lo habían ayudado. Incluso sentía gratitud hacia un árbol. Así que el Buda recién iluminado era un Buda agradecido...
¿Qué es la gratitud?
¿A qué nos referimos cuando usamos esta palabra? Para averiguarlo podemos ver en el diccionario y, por supuesto, deberíamos sentirnos muy agradecidos con quienes crean los diccionarios. En lo particular, estoy muy agradecido con Samuel Johnson. Siempre tengo a la mano en mi estudio su diccionario histórico y lo consulto con frecuencia cuando escribo. Johnson define la gratitud como “un deber con los benefactores” y “un deseo de retribuir los beneficios”. En un diccionario más moderno, por ejemplo el Concise Oxford, dice: “ser agradecido; disposición a mostrar aprecio y reciprocidad ante la amabilidad”. En el Collins dice que es “un sentido de agradecimiento o aprecio, como en el caso de un regalo o un favor recibido”.
Ésas son algunas definiciones de la palabra inglesa gratitude y nos dan una idea de lo que es la gratitud. Sin embargo, desde un punto de vista budista debemos ir un poco más lejos y asomarnos a la palabra en pali que se traduce como gratitud: kataññutá. Kata es lo que se da. En especial se refiere a lo que uno recibe. Aññutá significa saber o reconocer, de modo que kataññutá quiere decir que uno sabe y reconoce lo que se le ha otorgado para su beneficio. Estas definiciones indican que la connotación del término en pali es un tanto distinta a la de su traducción al inglés. Lo que connota la palabra inglesa gratitude es emocional. Hablamos de sentirnos agradecidos, pero la connotación de la palabra kataññutá es más intelectual, más cognitiva. Deja claro que lo que llamamos gratitud implica un elemento de conocimiento. Uno sabe qu es lo que se le ha dado o lo que se ha hecho en su beneficio. Si no sabemos que algo nos ha beneficiado no sentiremos gratitud.