Moksananda (el preceptor público de la Orden Budista Triratna asociado con la preparación para la ordenación de hombres hispanohablantes) explica su visión de lo que implica la ordenación y ser miembro de la Orden.
La ordenación
Se puede pensar en la ordenación dentro de la Orden Budista Triratna en forma de un mándala. Así nos distanciamos de cualquier tendencia de pensar en ella de forma rígida y fija. Un mándala es algo vivo, bello, armónico. Y sólo se puede realmente tocar y comprender al entrar en ello.
El mándala de un miembro de la Orden, Dharmachari o Dharmacharini, se puede imaginar como tres círculos expansivos. En el centro está sraddha, o la aspiración ‘espiritual’. Esta aspiración se expresa en el acto de Ir al Refugio de las Tres Joyas. Y es este acto de Ir al Refugio lo que nos permite formar relaciones basadas en este mismo acto y participar en la comunidad de la Orden Triratna.
El círculo interior: Sraddha y la imaginación
Sraddha se traduce a menudo como la fe. Es nuestra capacidad de respuesta a lo bueno, lo bello, lo verdadero, una respuesta emocional a las manifestaciones infinitas del misterio de la existencia. En el contexto budista consiste en sentirse atraído por las cualidades de las Tres Joyas, en un reconocimiento de la realidad a que apuntan y un anhelo de vivirlas en la propia vida. Sraddha es el deseo de encontrar la belleza y el significado de la Iluminación en nuestros propios corazónes.
Para poder vivir la vida espiritual y ser un Dharmachari o Dharmacharini hace falta siempre mantener viva la llama de sraddha, incluso hacerla arder cada vez más. No hay refugio sin sraddha, sin aspiración, sin esta sensibilidad y apertura a la naturaleza de la vida que nos rodea, que nos llena. Es sraddha lo que nos permite acercarnos a las múltiples manifestaciones del Dharma como lo mítico, lo simbólico, como imagen. Parte esencial de la ordenación consiste en poder reconocer nuestra propia experiencia de sraddha, entender su importancia en la vida espiritual y tener la confianza y el apoyo necesarios para poder sustentar nuestra vida en ella.
Las tres joyas bordadas en la kesa que llevan los miembros de la Orden Triratna. El Buda se representa por la joya amarilla, el dharma por la azul y la sangha por la roja
El círculo central: Ir al Refugio de las Tres Joyas
Un budista es alguien para quien las Tres Joyas ‘encarnen’ y despierten sraddha y que por eso decide comprometerse con ellas. Es alguien que decide basar su vida en el Buda, en el Dharma y en la Sangha, y así basarse en la experiencia de sraddha.
Este acto universal de un budista puede realizarse en niveles cada vez más profundos y completos, y tiene varias facetas. Es esencial entender el significado verdadero de ‘Ir al Refugio’ y contemplar sus niveles y aspectos múltiples. También es esencial tener una experiencia viva de este compromiso y de sus implicaciones. Un aspecto central de formar parte de la Orden Triratna es, por lo tanto, una exploración continua de las Tres Joyas y de la experiencia de basar nuestra vidas en ellas.
El Buda:
El proceso de profundizar nuestro compromiso con el ideal de la Iluminación (bodhi) implica explorar y reflexionar en ello. Implica despertar cada vez más nuestra confianza en ella. También implica contemplar y entrar en su misterio, abriéndonos a lo desconocido.
A la vez significa llevar el ideal de la Iluminación al terreno de la vida cotidiana. ¿Cómo traducir el ideal a actos concretos, cómo traer la Joya del Buda a nuestra experiencia inmediata, cómo resolver las contradicciones aparentes entre nuestro ideal y nuestra vida cotidiana?
El Dharma:
Un Dharmachari o una Dharmacharini es uno que camina en el Dharma, es decir que lo pone en práctica. Forma la base de su vida y está cada vez más presente en los muchos aspectos de la vida.
La ética:
La importancia de la práctica ética para la vida espiritual se enfatiza con la ordenación. En el momento de la ordenación uno recibe los diez preceptos. Sangharákshita los describe como el ‘código ético fundamental’ y es de esperar que formen los principios éticos de la vida de un miembro de la Orden. Representan la manifestación del acto de Ir al Refugio en todos los aspectos de la vida. La ordenación implica una comprensión verdadera de los diez preceptos e imbuir nuestras vidas con su espíritu.
Una vida ética se desenrolla a partir de una sensibilidad ética, la cual se cultiva con atención conciente, con metta, con reflexión, con una comunicación abierta con otros, y con mayor conciencia de la mente y sus diferentes estados.
La meditación:
La práctica de la meditación nos permite encontrarnos con nuestra experiencia de forma más directa e inmediata. Con la meditación vemos nuestros hábitos y padrones, nuestras torpezas y habilidades. En la meditación tenemos la oportunidad de trabajar directamente con los venenos y con las raíces de samsara; la avidez, el odio y la ignorancia. Y tenemos la oportunidad de descubrir nuestras fuentes de sabiduría, de compasión y de energía.
La práctica de meditación de forma asidua y efectiva es, generalmente, esencial para un compromiso efectivo con las Tres Joyas y para el despliegue de sraddha en nuestras vidas.
La ordenación como miembro de la Orden Triratna conlleva un compromiso con la práctica de la meditación y el trabajo con la mente, dentro del sistema de meditación de la Orden. Los retiros extendidos son un contexto esencial para el desarrollo de una práctica efectiva de meditación.
Sabiduría:
La tradición habla de tres niveles de sabiduría: aprendizaje, reflexión y meditación.Para poder profundizar en el acto de Ir al Refugio es necesario lograr un entendimiento claro del Dharma. Parte esencial del camino que enseñó el Buda es poder distinguir entre los puntos de vista erróneos y los correctos. Es importante también saber reflexionar sobre el significado de los puntos de vista correctos y sus implicaciones para la vida, y empezar a dejarles despertar nuestra propia sabiduría intuitiva.
Laa ordenación, por lo tanto, implica una práctica de estudio, tanto individual como en grupo. Implica clarificar nuestro entendimiento del Dharma, compartir y debatir, y estar abierto a nuevas perspectivas y acercamientos.
Son de especial importancia las doctrinas y enseñanzas fundamentales budistas, como la coproducción condicionada, las cuatro verdades nobles, el sendero óctuple, las tres marcas de la existencia condicionada etc. También son de gran importancia los énfasis distintivos de la enseñanza de Sangharákshita y todo Dharmachari y Dharmacharini deberías está muy familiarizado con ellos.
La ordenación pública de Samudra en Valencia
La foto capta el momento cuando Moksananda le dió la kesa a Samudra. A partir de este momento se considera un miembro de la Orden o Dharmachari.
La Sangha:
Ir al Refugio de la Sangha es abrirte a otros que también caminan en el sendero budista. Es crear comunidad espiritual con otros.
Miembros de la comunidad espiritual están comprometidos a estar en armonía entre ellos, y a la vez a cultivar sus cualidades distintivas como individuos. Una comunidad espiritual de esta naturaleza sólo puede funcionar a través de la amistad espiritual.
Una parte clave de la ordenación consiste en el cultivar de la amistad, la amabilidad y la empatía. Consiste en saber regocijar, agradecer, perdonar y confesar. Formar parte de la Orden Triratna implica estar involucrado directamente en la labor de crear sangha; con otros Dharmacharis y Dharmacharinis, mitras y amigos de la Orden Triratna.
El círculo exterior: El aspecto altruista y el ideal del Bodhisattva
Una faceta importante de Ir al Refugio es la altruista. El logro de la Iluminación no es un asunto puramente individual sino trasciende la distinción entre uno mismo y los demás. Ir al Refugio tiene que ser dirigido a beneficiar a todos los seres.
Desde sus inicios la Orden Triratna se inspira en el ideal del Bodhisattva, y Sangharákshita percibe la Orden como un intento de manifestar el Bodhicitta. La ordenación implica, por lo tanto, la contemplación de esta enseñanza, cultivar la intención altruista y ayudar a otras personas.
La ordenación y la Orden Triratna
La ordenación en la Orden Triratna sólo es posible después de haber entrado en relaciones creativas con otros miembros de la Orden, y así efectivamente formar parte de nuestra comunidad espiritual.
Implica comprender, compartir y poner en práctica los principios de la Orden. Una manera de entender estos principios es a través de los seis énfasis de la orden:
- La centralidad y primacía de Ir al Refugio
- El ecumenismo crítico frente a la tradición budista
- La unificación dentro de la orden
- La importancia y lugar de kalyanamitrata (amistad espiritual)
- La importancia de la susistencia correcta en equipo
- La relación entre el Dharma y las artes y la cultura.
Para formar parte de la Orden Triratna es necesario comprender las implicaciones de estos énfasis, entender como se manifiestan en la vida de la Orden y ponerlos en práctica uno mismo.
Al final de la ordenación se repiten cuatro versos de aceptación:
Con lealtad a mis maestros, acepto esta ordenación
En armonía con amigos y hermanos, acepto esta ordenación
Para el logro de la Iluminación, acepto esta ordenación
Por el beneficio de todos los seres, acepto esta ordenación
Se puede entender el mándala ideal de un miembro de la Orden Budista Triratna como una manifestación de estos cuatro versos.
Foto
En este imagen Sangharákshita, el fundador de Triratna da la ordenación a Jotipala.
Hasta los años 80 Sangharákshita dió todas la ordenaciones personalmente. A partir de entonces, otros miembros de la Orden se han convertido en preceptores que ordenan las personas que se han preparadas a unirse a la orden.
En agosto del 2000 Sangharákshita traspasó toda la responsabilidad de la dirección de la Orden Budista Ocidental a los otros preceptores y muy raramente ordena más personas.
Es normal que alguien se hace mitra antes de pedir la ordenación.