Guia de Caravanas

Tara Verde, Guía de Caravanas.tara mano En algunos de mis anteriores escrito he hablado de Tara verde y hoy quiero compartir, el vínculo,el misterio, la alegría y la inspiración que Tara significa en mi práctica de desarrollo humano y espiritual. Se dice que Tara cuenta con 108 nombres distintos, uno de éllos es guía de caravanas.  Este nombre me gusta especialmente.

A veces siento este camino de desarrollo como algo muy parecido a uno de esos antiguos y míticos viajes en caravana, atravesando desiertos, lugares desconocidos y peligros, también bellos parajes en los que desearía quedarme para siempre pero que, obviamente, no son el destino. En caravana se viaja  junto a otros a los que no se conoce demasiado pero que, como tu, aspiran a la trasformación. Quizás algunos sean ya amigos pero con otros solo surgirá el entendimiento y el afecto como consecuencia de ese viaje, de esta aventura de vivir y seguir evolucionado. Y, en medio de todo ésto, Tara es la guía, es ella quien en verdad conoce el camino y cuya participación hará posible el cruce a la otra orilla.

Me gustaría comenzar simplemente describiendo "Rupa Tara". Rupa es un término budista que significa forma, cuerpo, apariencia. Taratara  es el nombre de la Bodhisattva que nos ocupa y Bodhisattva significa literalmente:  Un ser despierto. Así que "Rupa Tara"significa algo así como la forma, la apariencia de este ser despierto o iluminado llamado Tara, que en castellano se puede traducir como Estrella.

Si, Estrella es una de las posibles traducciones de Tara y, volviendo a la caravana, Tara bien puede ser la estrella en medio del firmamento que indica el camino a seguir. Pero miremos como es esta forma de Tara: Tara es un ser de luz, de luz verde, intensamente verde, se la ve en medio de un inmenso espacio azul, limpio, sin sombras, como si de un cielo veraniego se tratara: azul intenso, limpio, sin nubes y extendiéndose en todas direcciones. De repente solo hay eso, espacio o cielo azul, vacío; y ahí en medio aparece Tara, sentada en meditación sobre un loto. Sobre este loto hay un reflejo circular de luna, a modo de almohadón. Tara está sentada sobre este almohadón de luna que, a su vez, está sobre un loto que ha surgido del cielo. Todo ello es de la misma naturaleza luminosa y vacía, también Tara.

Aunque Tara está sentada mantiene la mitad derecha de su cuerpo dispuesta para la acción, proyectándose, por así decirlo, hacia fuera, hacia abajo, hacia el mundo en definitiva. Su pierna izquierda está sobre el cojín de luna en la postura tradicional de meditación, su pierna derecha sin embargo está apoya sobre otro pequeño loto que está por debajo,  como si  de un momento a otro fuera a levantarse. También su brazo derecho se extiende hacia fuera con la palma de la mano hacia arriba como si entregara algo. Este es el mudra (gesto) de la generosidad. Tara verde está dispuesta a levantase de su meditación profunda y apacible e ir hacia a ti, está dispuesta en todo momento a dar, a darse.

En tanto que su lado derecho se dirige hacia fuera, su lado izquierdo está bien asentado en meditación y su brazo, con la mano junto al corazón, hace el mudra de la enseñanza juntando en un círculo el pulgar y el dedo anular, a la vez que sostiene un tallo con tres lotos: uno completamente abierto, otro a medio abrir y un tercero que solo es un  pequeño y cerrado capullo. Tara mantiene un equilibrio perfecto y exquisito entre, podríamos decir, introspección y extroversión.

Hay una preciosa leyenda sobre el nacimiento de Tara: se cuenta que  Avalokitesvara, el Bodhisattva de la compasión, sentado en meditación y contemplado el sufrimiento del mundo comenzó a  llorar. Ninguna otra cosa es tan importante para Avalokitesvara como poder responder al sufrimiento del mundo, sin embargo este nunca cesa. Con el corazón conmovido Avalokitesvara dejo caer su llanto, lágrima tras lágrima, lágrimas de profundo amor y compasión. Y tal fué el llanto que el Bodhisattva derramó que se formó un lago de aguas verdes y cristalinas. Y en medio de este lago apareció Tara verde, encarnando desde entonces la quinta esencia de la compasión, y sobre todo la compasión en acción.

Es por esto que Tara está lista para actuar, lista para levantarse, lista para dar o, mejor dicho, siempre dando, y todo ésto surge de la conexión profunda consigo misma. Es decir, del contacto con el corazón, del contacto con la meditación que nunca abandona, de la clara visión de que hay seres en distinto niveles de evolución con necesidades distintas (simbolizado esto ultimo por el tallo con tres lotos). Así fué como, a través del nacimiento de Tara, Avalokitesvara encontró respuestas a todo el sufrimiento que veía.

Ahora quiero dar un poco de rienda suelta a mi propio imaginario. Esta guía de caravanas, Tara, está tostada por el sol, el color de su luminosa  piel es de un moreno verde aceituna. Es fuerte y ha adquirido esta fortaleza en contacto con la naturaleza, por andar y cabalgarcaravana por montes, llanuras, ríos  y valles, bajo el sol o la luna; por el ir y venir, consciente de las muchas necesidades de todas esas caravanas con las que emprende viaje. Es joven, su espíritu es joven, la edad no importa, lo cierto es que cuenta con cientos, miles de años, pero ni su amor, ni su energía, ni su visión  han sufrido desgaste alguno, bien al contrario ganan en sabiduría y profundidad. Este es el tipo de juventud de Tara y de ahí emana su belleza y lozanía. Está asociada con la noche y puedo imaginarla bajando  a caballo por un monte boscoso, pasada ya la media noche, sin miedo alguno, reluciendo como si estuviera hecha de plata pura, con reflejos intensos y verdes, como si todo el bosque se reflejara en élla, como si toda la luz de la luna la bañara. Libre, sin miedo, sabiendo muy bien quién es, qué quiere y qué ha de hacer; tan metida hacia adentro como entregada, llena de confianza y provocando que sea y saque lo mejor de mi misma. Lo mejor de ti mism@.

Tara tiene una canción, tradicionalmente  un mantra. Sale de su corazón como si se derramara, es  un dulce sonido, un sonido tan verde y plata como élla:   OM TARE TUTTARE TURE SUAHA.

Esta canción rueda y rueda desde tiempo inmemorial y, si se está receptiv@, se la puede oír como un suave susurro y, poco a poco, entra dentro de un@. Entra por la coronilla y desciende hasta el pecho para, desde ahí, llenarte y envolverte, protegiéndote de:

El león de la arrogancia y el orgullo que, si bien puede hacernos sentir la vida como si fuéramos dioses llenos de potencia, no puede liberarnos del samsara mismo en el que seguimos inmersos.

a De la serpiente de la envidia, que nos impide el contentamiento y nos empuja a competir, a pelear y a hacernos sentir mal por el éxito de los demás, profundizando así nuestra ignorancia y sufrimiento.

Del elefante de la ignorancia, el poder de una mente que, sin embargo, no está despierta ni iluminada y de la que solo surge actos torpes tan contundentes como los movimiento de un gran elefante.

Del inmenso océano del deseo en el que no somos más que desconsolados náufragos agarrándonos a cualquier cosa.

De la cadena de la avidez que en verdad nos tiene prisioneros: no importa cuánto consigas, querrás o más o algo distinto.

Del fuego del odio que destruirá lo mejor de ti mismo.

Del fantasma de la duda que no nos deja decidirnos y, equívocándonos, nos mantiene solo dando vueltas y más vueltas como vagas sombras de nosotros mismos.

Del ladrón llamado "Michaditis" - puntos de vista falsos y fijos- que nos roba el potencial de despertar.

Tara muestra a mi ojos y mi corazón cosas sencillas, verdaderas y bellas, y lo  hace como lo haría el mejor poeta: me muestra la fuerza del verde asociada con el viento y la libertad, la posibilidad de equilibrio entre dentro y fuera, el poder de una mano tendida, el valor de enseñar y la sabiduría  de comprender que cada uno es cada cual en su propio nivel de desarrollo.

bosque

Tara aparece cubierta de hermosas sedas, pero también muestra  la desnudez de su pecho, se adorna el cabello y los brazos con joyas y pulseras.

 Me gusta  que no venga sola, que sobre su cabeza aparezca, también de luz, Amitabha, el Buda rojo del amor (metta) y la meditación, su padre espiritual. Y, como para culminar, Tara tiene como consorte a Amoghasidi, El Buda verde de la acción y el éxito infalible, aquel -sin miedo- que trabaja para infundirme, infundirnos el valor necesario para vivir y crecer.

Claro, es posible que alguien pueda decir; muy bonito, mitos, leyendas, cuentos, muy bonitos pero ¿como puede esto ayudarnos a seguir un camino de desarrollo humano y espiritual? ¿ No será todo esto, mas bien, una desviación un tanto folclórica de la enseñanzas del Buda?  ¿O algo cultural relacionado con Tibet o India, en definitiva, una suerte de superstición un tanto teísta?  ¿Algo prescindible, no muy útil para el pensamiento moderno/occidental?. ¿Acaso no parece como lo de los santos y vírgenes  de otras religiones y las gentes con sus devoción parroquiana y un poco pacata pidiendo cosas, pidiendo ser salvados?. ¿Cómo funciona, te encomiendas a Tara y ella te saca del samsara, o qué?. Si, reconozco este tipo de duda y vale la pena detenernos y mirar más de cerca.

Por un lado el Dharma, es decir el camino o enseñanzas de desarrollo humano y espiritual, este camino de evolución hacia niveles de conciencia más sabia, bondadosa y libre es, por así decirlo, un camino de trasformación de la propia mente, de evolución de la propia mente. Sangharákshita compara la mente con un iceberg: La parte visible del mismo es, en comparación con la que esta inmersa en el agua, pequeña, muy pequeña, y por debajo hay una gran mole de hielo. Podemos atribuir esta pequeña parte visible en la superficie del agua al aspecto de la mente racional y consciente, en tanto que toda la gran mole de iceberg que queda sumergida  se correspondería con la mente inconsciente.

El trabajo espiritual está dirigido a toda la mente, de lo contrario la transformación profunda de una mente pequeña y reactiva en una mente amplia, purificada y sabia sería imposible: Hay tanto o más  de nosotros en la mente inconsciente que en la mente racional y consciente y, sin trabajar en estas dos áreas, no llegaremos muy lejos. Tan sòlo tendremos un número de grandes y buenas ideas y, por supuesto, de buena voluntad,  sin embargo fácilmente veremosr a nuestros patrones de conducta volver a ganar la partida.

El lenguaje natural de la mente racional  es el de los conceptos y ahí tenemos todas las enseñanzas que nos hablan  de lo bueno de la ética ya que las acciones nos van moldeando,  ahí tenemos el noble camino óctuple, el abidharma etc. Seguramente  hemos estudiado estas enseñanzas y hemos determinado "si, eso es lo que quiero hacer"  somos sinceros con este compromiso no obstante es muy probable que nos enfademos mucho por algo que no sabes muy bien de donde viene, que acabes diciendo una mentira porque no quieres quedar mal, que por menos de nada dejes de meditar aún con la experiencia de que te sienta muy bien y así un largo etc.

Yo suelo decir, en los cursos y clases que dirijo, que la transformación a la que aspiramos no es posible a base de mera fuerza de voluntad, que los seres humanos somos complejos y que hay que contar con  aspectos emocionales y condicionamientos desconocidos, hay que contar con los dos hemisferios, hay que contar con que gran parte de la existencia es, en realidad, una gran incógnita.

Queremos transformamos porque nos hemos dado cuenta, al nivel que sea, de la ignorancia y lo que implica, pero ¿cómo, sabiendo poco o nada sobre la cosas mas importante de la existencia misma: nacer morir, sufrir, conocerte, reconocer al otro etc..?¿Cómo, vas a cambiar y despertar, solo contando con tu mente raciona, tu inteligencia ordinaria, tu consciente que desconoce más de la mitad inclusoflor de ti mismo?. Por supuesto que la inteligencia, la mente racional, la voluntad son necesarias y parte imprescindible de la tarea, por supuesto que si, pero...

Si el lenguaje natural de la mente racional son los conceptos ¿Cual es, pues, lenguaje natural de la mente inconsciente, de las emociones, del hemisferio izquierdo? Parece ser que los símbolos, los mitos, las leyendas, el arte... Este es el lenguaje con el que conseguimos comunicar el lado del iceberg sumergido en las aguas. Es el lenguaje de los sueños mismos. Sabemos de la suma importancia de tomar conciencia de algo, darnos cuenta y probablemente también sabemos  que muchas veces a pesar de saber o tener consciencia de algo no podemos cambiarlo. No obstante basta una experiencia directa al corazón y una nueva claridad se hace y no solo es una idea ahora ya no se trata de saber sino más bien de ser.

Hace años me preguntaba intrigada porque a los niños se les contaban esos cuentos extraños: El lobo comiéndose a caperucita, el niño pequeño abandonando en el bosque por sus padres ...algunos de mis amigos sostenían que eran truculentos y mal intencionados, pero reflexionando al respecto, aunque aun no era budista, me di cuenta que los niños, aunque vivan en un ambiente de seguridad, tienen miedos inconsciente incluso ancestrales, miedos de ser abandonados y del mundo con sus peligros desconocidos y que no basta para tranquilizarles solo la ternura de sus padres, me di cuenta que  estos cuentos sacan a la luz sus temores de los que ellos,obviamente, no son conscientes y los sana de forma efectiva, hablando no solo al intelecto y a la razón del niño sino también a su inconsciente  y emociones y de este modo el niño entiende algo y duerme. En términos de evolución espiritual todos somos niños.

Así cuando practicamos, también de esta manera, y nos relacionamos con el ritual, cultivamos devoción y vemos de manera imaginativa las diversas formas de la mente iluminada, ya sea como Tara Verde, o como Avalokitesvara o quizás como Vajrasattva, o en forma de sonido arquetipo como un mantra, o contemplado una rupa del propio Buda histórico Sakiamuni, otras muchas partes de nosotros comienzan a participar: participa la imaginación, involucramos las emociones, la voz incluso el cuerpo uniendo las manos en un saludo antiguo y muy significativo o inclinando el  arrogante "yo" ante los ideales bellamente representados. Y muchas cosas pasan que tal vez de otro modo no pasarían.

Pero quiero volver a Tara. Tara esta ahí en el imaginario colectivo, vinculada a la existencia humana desde antes del budismo, podría decir que desde siempre, es una forma de la psique, una representación de una realidad mas profunda y limpia de la que, por ahora, tu mismo has realizado. Tara surge de la psique en profunda meditación y le habla a la psique y nos habla de lo bueno, lo bello, el equilibrio,la entrega; nos habla de poder ser nosotros mismos en profundo contacto con nuestra naturaleza individual y a la vez estar listo para los demás, nos habla de luz; Tara es una forma particular de la mente iluminada, es una puerta a la iluminación misma por la que tal vez te sea atractivo y viable pasar y hacerlo con el máximo de ti mismo, no solo con la cabeza también con el corazón, el niño, el viejo, el salvaje que fuiste, el artista que llevas dentro, lo culto, lo intuitivo, todo lo  consciente/racional e inconsciente/emocional y además soltando. Si, Tara además te invita a dejar tu viejo y limitado yo y abrirte a una existencia sin estos limites estrechos que impone el ego y la creencia hueca de ya conoces la realidad y asociar esta tan solo con lo racional.

Así, Tara me abre un universo en el que, aunque no sin un cierto esfuerzo, he ido reconociendo mucha mas verdad sobre la naturaleza de la vida de la que he descubierto nunca en el mero pensar racional por mas que este sea, como en las enseñanzas budistas, deslumbrante. Me doy cuenta que incluso para penetrar estas enseñanzas que el dharma nos trae en forma de conceptos y que parecen muy obvias, racionales y humanistas , incluso para esto, en verdad mi mente tiene que estar mucho mas abierta de lo que esta. Todas las enseñanzas capaces de transformarnos verdaderamente, han surgido de la profundidad de una mente despierta, no de un intelecto ordinario y para que sean herramienta de transformación las tenemos que dejar entrar a lo profundo de la psique

y para ello hemos de tener vía abierta a la parte oculta del iceberg. La imaginación es la llave y Tara la mejor puerta. Así lo es para mi y me gustaría invitaros a encontrar vuestra puerta, mítica,imaginaria, bella, adecuada, única y por supuesto igual que cualquier otra. Mi puerta, mi guía de caravanas se llama Estrella ¿Y la tuya?

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