Eros contra tanatos

erosLa abundancia de luz, el reverdecer de la naturaleza, en fin, el pulso intenso de la primavera me ha traído a la mente -y mi mente ha aceptado- a Eros, el dios griego del amor  erótico, de la luz primera, del pulso de vida. Venía andando por el jardín "Viejo Cauce del río Turia" cuando me percaté. Mientras contemplaba el cielo del atardecer y un árbol en flor regalaba mis sentidos, Eros me envolvió, el pulso de la vida, fuera y dentro, latía fuerte; pero no era una lucha por sobrevivir, ni deseo neurótico, ni un loco girar en la rueda del samsara, era un despertar natural- intenso, eso si- pero sano, sencillo, bello. Y me dejé tomar.

Básicamente siempre me interesó traer a la vida espiritual los atributos de Eros o algo correspondiente. Me gustaría pues escribir unas líneas a modo de reflexión que comienzan con unos interrogantes. ¿Es la practica espiritual un duro renunciar de la vida y sus bondades?. La práctica del dharma ¿está presidida por Tanatos, oscuro y sigiloso, que nos arrebata los placeres y nos sumerge  en un sueño en donde no podemos avanzar, o puede  Eros guiar esta búsqueda y ayudarnos a vestir la práctica de fragancia y gozo?

Hace apenas unas semanas exploraba junto a Paramachitta y otras personas un sutta del canon pali: El venerable Nanda:

"Así lo he oído decir. En aquella ocasión el venerable Nanda decía así a numerosos bikkus " Es con descontento oh amigos, que yo practico la vida religiosa; no puedo soportar la vida religiosa, renunciando a la disciplina, regresaré a la vida secular". Entonces un bikku se acerco al bhagavant y le digo: Señor el venerable Nanda está diciendo así a numerosos bikkus: "Es con descontento, oh amigos, que yo practico la vida religiosa..."

Entonces, el bhagavant le digo al bikku :" Ve y dile al venerable Nanda que el maestro le llama".

Una vez que Nanda estuvo ante el bhagavant le saludó y, habiéndole saludado, el bhagavant le preguntó: "¿Por qué razón tú, Nanda, practicas con descontento...?"

"Señor, una muchacha, la más bella del país, cuando yo abandonaba mi casa, fijándose en mi me dijo "vuelve pronto noble señor". Y yo señor, recordándola, practico con descontento, no puedo soportar la vida religiosa".

El bhagavant, tomando a Nanda por el brazo, llevó a éste desde donde estaban al cielo de los treinta y tres dioses y le mostró quinientas apsaras hermosísimas. "¿Qué piensas Nanda? ¿quién es más hermosa, más admirable, más encantadora, aquella muchacha o estas quinientas apsaras?"

"Señor, aquella muchacha, la belleza del país, si es puesta al lado de estas apsaras no puede ser tomada en cuenta. Estas apsaras son más hermosas, más admirables, más encantadoras".

"Goza, Nanda, goza. Yo te aseguro que conseguirás quinientas apsaras" .

"Señor, si me asegura que conseguiré quinientas apsaras hermosas, yo gozaré practicando la vida espiritual"

A todos nos sorprendió bastante la oferta del Buda, incluso a alguno le pareció que Buda corrompía a Nanda. Explorando,explorando, fuimos comprendiendo que lo que el Buda hace es inducir (por así decirlo) una experiencia de gozo meditativo bastante intensa, aunque aún mundana y no trascendental, al renegador Nanda.

Le llamo así porque eso es lo que hace (El diccionario dice respecto a renegar: negar con instancia algo, detestar, refunfuñar, decir injurias ). Nanda reniega todo el tiempo, protesta y les dice a los otros Bikkus lo descontento que se siente y que se quiere ir y abandonar la tortuosa vida espiritual, pero no se va, sigue ahí protestando y deseando de forma  un poco neurótica a aquella muchacha. No se va, se queda, pero lo hace de forma negativa y contamina el ambiente con sus dudas y resquemores.

Tanatos, el dios de la muerte, o quizá su hermano Hipnos, el dios del sueño, le empuja hacia ese tipo de sueños en donde uno intenta andar, incluso correr, y no puede avanzar: un sueño horrible que, no obstante, es solo un sueño del que hay un despertar. El Buda, sin dudarlo, le muestra un universo de gozo a su alcance, El mismo le promete entregarle aquel universo; y vemos que aquella experiencia de gozo ni siquiera era especialmente alta, era un gozo aún no trascendental, pero el Buda comprende que en aquel estado negativo no era posible para Nanda hacer nada.

Lo que pasa después es harina de otro costal, los demás bikkus le acusan de venderse por un precio muy bajo, y así lo comprende el propio Nanda que, avergonzado, se enfoca en la meditación y alcanza el despertar. Después se reúne con el Buda y ambos se reconocen.

Pero el punto que quiero destacar es la importancia del gozo, incluso de un gozo humano y no trascendental, para la práctica de la vida espiritual.

El Buda enseñó el camino medio, básicamente un camino que transcurre por entre medio y encima de dos extremos fundamentales: los conceptos filosóficos de nihilismo y eternalismo, pero también entre lo permisivo y lo  rígido; entre el ascetismo  y la vida licenciosa. Si, es necesario el esfuerzo e ir mas allá de los condicionamientos ordinarios y mundanos, pero con alegría, con Eros apoyando el intento, sin permitir que Tánatos nos embauque.

 Aunque en la tradición budista la mayoría de ejemplos de practicantes del dharma que alcanzaron el despertar, o cierto grado de éste, se los presenta como grandes renunciantes que comían poco, vivían en las selvas o en las montañas, renunciaban a todo convencionalismo y, en definitiva, vivían vidas muy radicales, esto nunca viene acompañado de pesimismo, pobreza, tristeza, miedo, ansiedad, ni mucho menos es lúgubre ni penoso. Bien al contrario, el renunciante enseña el dharma con canciones, es feliz y parece tan espléndido y deseable que atrae hacia él todo tipo de criaturas que anhelan no solo sus enseñanzas, también su presencia.

Eros contra Tánatos. A veces la vida espiritual, sobre todo en el cristianizado occidente, bien parece la amante malsana de un Tánatos oscuro, muy oscuro. Eros, desterrado por ser el pecaminoso deseo de vivir, gozar, ser alegre, libre y juguetón. A mi no me interesa.  A lo que  quiero renunciar es precisamente a Tánatos, a morir cada día y rodar y rodar, y seguir muriendo vidas y vidas, con poca luz, medio ciega, poca creatividad, poco atrevimiento.

Eros, Eros! Trae tu amoroso atrevimiento a mi práctica diaria, al ir y venir, a mis quehaceres, al trato con mis amigos, a los cursos y enseñanzas. Reviste mis torpezas de tu afán de vida y deja que tu dulce florecer anime mis aspiración de despertar y purificarme.

Hay dos figuras esenciales en la tradición budista: el Arahant de las escuela Teravada, anciano, con aspecto cansadoArahantque,obviamente, ha realizado mucho esfuerzo y han sido muchas sus renuncias. Y algunas debieron ser arduas, incluso dolorosas. Viste un hábito pobre y porta el cuenco de las limosnas, se ha liberado de las ataduras del placer de los sentidos, de la ignorancia y, cómo no, del rechazo. Pero parece ser que solo se llega ahí viejo y cansado y después de tanto esfuerzo... uf!     

Por otra parte las escuelas mahanayas tiene al bodhisattva, un joven, masculino o femenino, a veces difícil de distinguir. Llen@ de belleza, ataviad@ con hermosas sedas, flores y joyas, mora en el cielo sentad@ sobre una flor de loto, es una héroina/héroe y luce feliz, plen@ y sobre todo parece estar dispuest@ a entregarse, dispuest@ a darte todo sin preguntar, solo porque le has mirado o has cantado su nombre, pero más que nada se da a si mism@ y goza. Esa es su sabiduría, esa su energía liberada, ese su amor.

Como con todos los héroes no sabemos mucho de las vicisitudes pasadas, de los intentos fallidos, pero parece que convertirse en un bodhisattva no le ha dejado cicatrices: luce alegre y joven como si todo fuera fácil. Pero hay muchos relatos que hablan de su llanto, de tener el corazón roto en mil pedazos, de pasar una eternidad recogiendo los fragmentos... Aun así el bodhisattva  no parece haber perdido nada, bien al contrario, ha ganado una juventud eterna, Eros le envuelve y florece incluso en invierno.

A veces, muchas veces, oigo a las personas con las que estudio el dharma repetir "Es muy difícil, es muy difícil"  suelo decir que parece un mal mantra.  De un modo u otro todos parecemos mas próximos al Arahant, cuya renuncia parece amarga  y larga en el tiempo, que al bodhisattva que a lo único que parece renunciar es a lo oscuro, limitado, torpe y doliente.  Muchas veces en verdad nuestro esfuerzo dista mucho del Aranhant, pero la actitud es de cansancio, de esfuerzo casi imposible. Es también una actitud hacia la vida y, por supuesto, hacia la práctica espiritual; también es una buena coartada para tontamente volver a lo de siempre, a lo que ya sabes que no te aporta mucho y, desde luego, no satisface el pulso más profundo de tu corazón. "Ah!-te dices- es demasiado duro, no podré, no soy capaz de esforzarme tanto, el mundo, la sociedad no me lo permite...Además es una forma de practicar individualista: tú, sol@, con tu esfuerzo, tus limitaciones..." y obviamente un@ no va muy lejos, y además acabas cansadísima.

¿Por qué no nos atrevemos a acercarnos al noble, heroico y brillante ejemplo del Bodhisattva? ¿Por qué seguimos prefiriendo "malo conocido que bueno por conocer"?. Es un misterio que me gustaría desentrañar. Ahí esta la aventura de la vida, pero Tánatos te susurra al oído: "no, no, aventuras no, duerme, estas muy cansado".

Tenemos, pues, la posibilidad de salir del "invierno" de nuestro descontento y gozar del "verano" de ser satisfechos de nosotros mismos" (gramáticamente tal vez no sea muy correo pero es exactamente lo que quiero decir "ser satisfechos", sería bastante diferente si dijera estar) aun con nuestros defectos, y no nos atrevemos. Es más, el ideal bodhisattva con todo su esplendor nos trae la primavera hasta la puerta misma pero nos sentimos maltrechos, parece que estamos hechos para la guerra,

incluso para la derrota y, sin intentarlo siquiera, descartamos la invitación de Eros a dormir felices junto a él todas las noches, tememos que sea un monstruo y maquinamos cortarle la cabeza.

Hace algún tiempo una buena amiga que es monja budista me hablaba de si misma. Estaba enferma, cansada, y decía: "Yo, que siempre quise ser una heroína y aquí me tienes, apenas puedo dar un paseo largo". Parecía muy deprimida. Le escribí diciendo: "Pues, yo sigo creyendo que eres una heroína, desde luego lo eres para mi. Los héroes son así, querida, sufren, caen en el barro, viven el destierro, sus amigos los abominan, andan sucios y errantes largo tiempo... Esa es la aventura profunda de su existencia, eso les convierte en héroes y hace posible que vuelvan a casa milagrosamente bellos y redimidos. Si alguno de estos héroes se hubiera convencido a si mismo del "es muy difícil, es muy difícil", fin del héroe: no tendríamos cuento, ni leyenda que llevarnos a la boca y sin cuentos ni leyendas Tanatos reina, reina la muerte".

El ideal Bodhisattva nos brinda la oportunidad de no ponerlo todo bajo los auspicios del esfuerzo personal. El ideal Bodhisattva  tiene la magia de aunar tu energía, tus cualidades, tus trabajo, etc, con la energía, las cualidades y el esfuerzo de muchos otros. Esto me llena de alegría, me abre de par en par la puerta, esto es en si mismo, independientemente del resultado, bello, bueno, luminoso, vivido.

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Es lo que yo opto por hacer. Soy una dharmacharini que, junto a muchas dharmacharinis y dharmacharis, junto con muchísimos mitras y  amigos que comparten el mismo anhelo de despertar, formo el cuerpo vivo del Bodhisattva. Juntos encarnarnos el ideal del héroe y la tarea se realiza.  Siempre habrá una canción sonando mientras ando, siempre alguno de nosotros estará en flor, siempre la luz primera abrirá los ojos de alguien. Al romperme en mil pedazos, alguna  amiga habrá que  salga por el firmamento a recoger los fragmentos y lo hará por amor y cantando; tal vez yo tenga que parar pero otros siguen y lo hacen también por mi.

Este es el tipo de Eros al que me refiero y al que reivindico para andar el camino del dharma. Veo dos aspectos: por un lado el modelo del Arahant, que considero de importancia,desde luego, tiene que ver con el aspecto más humano, incluso de llegar a ser en verdad un ser humano, así que te esfuerzas y esto deja huella en ti.Probablemente pasará mucho tiempo antes de que sientas la liberación de tus tendencia torpes, de tu ignorancia,- y cuando digo mucho tiempo es mucho tiempo- Así que la imagen es la de un viejo cansado y con cicatrices  (por cierto en los rostros llenos de las huellas de la experiencia hay gran belleza) . Si miras de verdad podrás ver tras el Arahatn al Bodhisattva, y tras tu cansancio, esfuerzo y cicatrices podrás mantener el ideal del héroe: bello, fácil y hecho del esfuerzo de tantos.

El camino es la meta y ¿cómo podría ser la meta gozosa si el camino es un calvario? ¿No es esto otra religión? Pero ¿qué tipo de gozo es éste?. Lo que viene a mi mente es la temporada en que intentaba dejar de fumar. Me parecía  duro y sentía que estaba perdiendo algo, que me quitaba de un placer y, claro, era "muy difícil". Una parte de mi deseaba hacerlo pero otras muchas partes no lo querían, incluso no comprendían el por qué y, dada esta falta de consenso dentro de mí, no lo lograba fácilmente.

 

Entonces hojeé un libro, solo lo hojeé y algo cambió. El libro venia a decir que en realidad no estaba perdiendo ningún placer, no había tal placer era una adicción que, al calmarla con el siguiente cigarrillo simulaba placer, pero en realidad el placer solo consistía en quitarme la ansiedad causada por la abstinencia. Dejar de fumar no significaba dejar nada en si mismo, no había pérdida alguna. Esto cambió mi actitud respecto al intento de dejar de fumar, esa verdad penetró bien en mi mente y en un momento dejé de fumar, sin más. A nivel físico y tal vez en lo psicológico pasó un tiempo antes de que  la adicción perdiera todo su poder pero ya no experimenté pérdida ni el  "es muy difícil".

Hoy, después de años sin fumar, soy plenamente consciente que no hubo pérdida alguna, no hay merma del placer en mi vida sino al contrario y, aunque el trabajo de dejarlo durante algún tiempo fue arduo, no tengo ninguna cicatriz.  Bueno, es solo una comparación y obviamente tiene algunas limitaciones.

El Bodhisattva me dice lo mismo que el mencionado libro: no hay ninguna pérdida, ninguna renuncia de placer, es solo una adicción, una conexión  neuronal "enganchada" ( en realidad, muchas). Pero lo mismo que pasó en el mencionado proceso de dejar de fumar-una parte de mi quería pero otras no- pasa con la vida espiritual: solo sentimos la auténtica posibilidad de hacerlo cuando más y más partes de ese cuerpo gozoso que es el Bodhisattva se aunan. Estoy hablando de  amistad espiritual o/y de  un proyecto más grande que tú. Aunque la decisión es personal, aunque caminas  por y como tú mismo, como un individuo no como parte de una masa, y esto es muy importante, no estás solo ya que en realidad el ideal bodhisattva no hay ser humano que pueda encarnarlo.

No estás solo y el gozo surge de ahí. Es posible que la adicción al samsara siga siendo muy fuerte para ti pero verás con alegría que para otros es más leve y, además, comprobarás que, estés en donde estés en tu camino, eres digno de metta y que muchos la sienten  por ti y tú por muchos. Tu vida, tu práctica, de la forma que para ti sean más adecuadas, será en gran medida dar apoyo o crear condiciones y contextos para que, tanto tú como otros, puedan seguir las enseñanzas del Buda, descubrir el dharma y, con éllo, el gozo, la libertad o acaso un poco de sosiego.reunión

La práctica del dharma según la visión del Bodhisatva no es para aplicarla a nuestra vida como si tomáramos una medicina y  esperar que haga efecto. Es más bien emprender un viaje, una aventura y, por supuesto, en buena compañía: con tus maestros, tus condiscípulos, compañeros, amigos, alguien que se sume a medio camino y, en algún momento, tus discípulos (siendo esto último lo que quiera que sea).

Lo único que hay que hacer es poner el corazón, por supuesto sin dejarnos la inteligencia fuera. La clave es Saddha, el corazón se abre, te enamoras del dharma, de la práctica de metta, de la atención consciente, te enamoras del habla amable, de la sencillez....y ya se sabe que cuando uno está enamorado hace cosas que de otro modo no haría y las hace con gozo y alegría.

Saddha es la facultad espiritual por excelencia. Desgraciadamente no tiene fácil traducción, parece que literalmente es "poner el corazón". Saddha esta formada de tres cosas:

  •  
    • inteligencia (Tu inteligencia te dice que si)                                          

    • experiencia (aunque solo sea a cierto nivel, has comprobado que si)

    • Intuición: otro nivel de inteligencia distinto al racional e intelectual (de algún modo sabes que si) 

Si has sentido esto !Cuidado! Es muy posible que Tánatos venga a decirte al oido "Huy, no no, esto no podrás hacerlo, tú no." Bueno, Tánatos o, usando la mitología budista, Mara. Si Mara te descubre preparado para emprender la aventura ¡cuidado! porque intentará desanimarte, lo cual puedes a tu vez usarlo como un cierto indicio de que vas bien.

Siendo Saddha tan importante para la practica gozosa del dharma ¿cómo podemos cultivarla? Llega a mi mente una enseñanza de Vasubandhu y los cuatro factores para el surgimiento del Bodhichitta:

 

1º  El recuerdo de todos los Budas y cómo ninguno de éllos al iniciar su camino estaba más libre que nosotros de errores y pasiones.  Pensando de esta manera la mente se mantiene en cosas positivas, alegres y serenas. ¿Piensas alguna vez en los Budas o Bodhisattvas? En esos seres que han penetrado las verdades de cómo son las cosas, esos seres sabios, con amor infalible y llenos de energía. Sin pensar en éllos cómo poner en el corazón en todo ésto. Antes de que algo pueda hacerse realidad tienes que imaginarlo. Si piensas, recreas, imaginas cómo es un ser despierto, bello, amable y sabio, tu corazón se abrirá a esa posibilidad incluso para ti mismo y tendrás la energía necesaria para andar el camino.

2º  Darnos cuenta de los defectos de la existencia mundana ordinaria (samsara). Muchas veces es en verdad más difícil mantener éxito en la vida profesional, mantenernos jóvenes, esbeltos y deseables,  mantener nuestras propiedades, etc., que desarrollar estados de claridad y positividad  espiritual. Lo difícil de verdad es la vida mundana ¿Aún no te has percatado? Sin embargo insistimos en éllo, ignoramos sus defectos y la falta de satisfacción profunda, y lo hacemos poniéndonos una venda en los ojos. Y luego nos quejamos, "¡no veo, no veo!". Pues mira, porque esta ahí, ante tus ojos, tanto la insatisfacción de la vida ordinaria como el anhelo más profundo de tu corazón.

3º  Percatanos del sufrimiento e insatisfacción de todos los seres: En una ocasión, hace mas de dos mil años en India, había una mujer llamada Kisa gotami. Esta mujer había estado casada y tenia un hijo que aún era pequeño, un bebe. Su marido había muerto, lo cual en la India de la época era una situación muy difícil para una mujer a todos los niveles. Pero un mal día su niñito apareció muerto, Kisa gotami no  lo podía creer, visitó un médico del lugar que así se lo confirmó: "mujer, tu hijo está muerto". Sin embargo Kisa siguió buscando remedio para su hijo enfermo, como ella decía, y acudió a un sitio tras otro: médicos, curanderos, brujos... cada vez más desesperada. Al principio la gente tuvo empatía con élla pero, poco a poco se fué corriendo la voz: Kisa andaba con su niño muerto entre los brazos buscando un remedio enloquecida, y cada vez los unos y los otros fueron menos comprensivos con ella: "mujer ¿no lo ves?, tu hijo ha muerto". Entonces tuvo noticias de que el Buda estaba cerca y pensó: "ese hombre sabio que dicen que ha despertado totalmente podrá ayudarme". Y acudió a él con el niño entre sus brazos.

    << Señor, mi hijo esta enfermo ¿Podréis ayudarme?

El Buda comprendió lo que pasaba, puede que incluso ya le hubieran llegado los rumores de la situación de Kisa, pero en vez rechazarla como estaban haciendo ya otros, el la miró profundamente y le dijo:        .

      << Si, si puedo ayudarte, pero tienes que hacer algo.

    << Haré lo que sea, señor.

    << Tienes que traerme unas semilla de mostaza, pero esas semilla tienen que dártelas.

    << Así será, señor.

    << Además, esas semillas tienen que dártelas en una casa en donde nunca, nunca haya muerto nadie.

Kisa partió, aún con su niño en brazos, pero ahora llena de esperanza. Fue a la aldea más próxima, y a otra, y a otra aldea, y a otra más... Y cada vez que llamaba a una puerta y pedía unas semillas de mostaza para salvar a su hijo de inmediato se las daban, pero cuando preguntaba "¿Ha muerto alguien en esta casa?" ( en aquel entonces las familias habitaban la misma casa por generaciones) la respuesta era la misma: "Oh, si! En esta casa han muerto muchas personas: mis abuelos, y antes sus padres, murió el hijo menor de mi cuñada..."

Lo mismo se repetía en cada casa, en cada aldea, todos los seres sin distinción sufren perdidas, muertes a tiempo o a destiempo. Sufren dolor, contrariedades, tienen miedo de perder lo que les agrada, sufren por estar sujetos a lo que les desagrada.

En un momento Kisa comprendió, se dió cuenta de que ella no era la única sufriendo, que todos los seres sin excepción, en un momento u otro, pierden a sus seres queridos, se sienten insatisfechos con sus vidas, tienen miedo, sufren...

Kisa gotami volvió a donde estaba el Buda y, tras enterrar a su hijo, se acercó a él para pedirle enseñanzas y unirse a la sangha.

Es una historia profundamente conmovedora que nos ayuda a darnos cuenta que, si bien muchas veces el sufrimiento, la pérdida o la insatisfacción nos separan del resto del mundo y de la realidad misma, ofuscándonos y haciendo que repitamos ese pensamiento típico: "por qué yo, por qué otra vez",  también podemos, a través de estas experiencias dolorosas, entender un poco mejor la realidad, solidarizarnos con todos los seres.  De esta compresión y solidaridad nace un nuevo tipo de libertad y gozo que no consiste en que no te pase nada malo o desagradable, consiste en comprender más profundamente la naturaleza de la existencia y así poder ir mas allá con sabiduría, metta y paz interior.

4º  La contemplación  las virtudes de los Tathágatas: los Tathágatas son los Iluminados supremos y por virtudes no se entiende buen comportamiento ético sino cualidades espirituales. Al retraer nuestros ojos de lo que anhelamos normalmente y al comprender al nivel que sea: "Ah, no es por aquí", entonces puede surgir un tipo de confianza, es decir saddha, que nos lleva a contemplar la realidad de una existencia más plena y luminosa. Contemplamos y abrimos el corazón a las virtudes antes insospechadas de la existencia, al  potencial de la budeidad en cada ser, y en especial podemos buscar inspiración en los maestros legendarios del dharma y aprender de su ejemplo y su mito.

Así podemos vivir y practicar con alegría, con Eros rodeándonos (por seguir usando  a este dios griego). Los Budas y maestros empezaron como nosotros, como seres humanos con dificultades y defectos. Sin embargo alcanzaron el despertar y ellos mismos aseguran que todos podemos alcanzarlo. Ver ésto te dará energía. Además, nos damos cuenta de la insatisfactoriedad y de las dificultades intrínsecas  al samsara y, poco a poco, dejamos de desear aquellas supuestas seguridades y placeres. Nos despegamos y comenzamos a fluir en una nueva dirección. Con la compresión del sufrimiento de todos los seres desarrollamos la compasión que nos une a toda la existencia y que es la otra cara de la sabiduría. Nos liberamos del egoísmo separador,  y el altruismo que genera trae una paz y un gozo de índole superior al de la mera satisfacción de nuestro deseos.  Entonces podemos abrirnos a una realidad más brillante, sabia y amorosa, nos abrimos a la iluminación o despertar. Energía, desapego, compasión y ver la budeidad como algo nuestro y he aquí que habrá nacido un bodhisattva.

Hemos despertado el corazón. Ha nacido un bodhisattva.

Palabras, estas ultimas, de Bhante Sangharákshita.vajrasatva